TIMOS Yliras - DSpace CEU

AÑO 1812. 491
menos bravos partidarios acosan al francés por todas partes
con las consabidas guerrillas. Dejemos, digo, en paz á ambos
reinos, y fijemos la vista en Aragón y en otras de nuestras
provincias, dignas émulas del heroísmo, del incontrastable tesón
con que se inmortaliza Cataluña. ¿Quién al nombrar ahora á
Villacampa, no recuerda sus lauros de Campillo, su glorioso
hecho de Ateca, su victoria de Pozohondon? ¿Quién al nombrar
al Empecinado salvado por el Ángel de su guarda en el
Rebollar de Sigüenza, no se felicita al mirarle amenazar á Guadalajara
en unión con el gefe anterior, ó penetrar en Cuenca
por sí solo, ó derrotar á continuación en la vega de Masegoso
los secuaces del apóstata Albuir? ¿Quién al recordar á Gayan,
olvida la prisión de Favalelli, cogido prisionero por él en la
ciudad de Calatayud? ¿Quién que nombre á Duran podrá negarle
los títulos de bravo y avisado con que tan dignamente se
distingue en las tomas de Soria y Tudela ? Hechos todos realizados
en el primer semestre de este año para ser seguidos
de otros de no inferior valía en el segundo; hechos que indican
la preponderancia, el ascendiente cada vez mayor de esas
guerrillas providenciales, sin las cuales no se concibe sino
como proyecto quimérico la salvación de nuestra Independencia.
Pues ¿y Ballesteros en Cártama? ¿Y Penne en el condado
de Niebla? ¿Y Morillo en su escursion á la Mancha y en su
vuelta á la Estremadura, tras penetrar en Ciudad-Real? ¿Y Palarea
en tierra de Toledo? ¿Y López Campillo en Cantabria?
¿Y Porlier, el bravo Porlier , triplicándose por decirlo así, en
Asturias, Santander y Castilla?
Nada digo de Renovales, incansable en las provincias Vascongadas;
nada del tomador de Lequeitio Jáuregui, ó dicho