TIMOS Yliras - DSpace CEU

60G TIRIOS Y TROYANOS.
Eso, mirado bien, no es posible; mas demos de barato que lo
sea y que llegue á realizarse: ¿qué mas dá resistir la agresión
en el matritense recinto, ó dentro de los muros de Cádiz? En
lucbas morales cual esa, murallas, baluartes, castillos, forti­
ficaciones, trincheras... todo, absolutamente todo, está demás.
Queden los argumentos de la fuerza para el que haga profesión
de salvaje. Nosotros, como gente ilustrada, contestaremos á la
acometida con artículos de periódico, con folletos divinamen­
te escritos, con magníficos discursos en las Cortes... en fin,
con mucha pluma y mucha lengua. Cedant arma togae... ¿no
es eso? Y si á la postre vá tan mal la cosa que sea preciso
apelar al apretamiento de puños, ¡qué diantre! ¿no están ahí
los ingleses para sostener nuestra causa? ¿ no tenemos en nues­
tro pro la vencedora espada de Wellington? Nuestra perma­
nencia en la Isla no tiene ya motivo plausible. ¿Quién ha visto
Congresos españoles legislar fuera de Madrid ? Mientras la
epidemia existia, en buen hora que nos detuviésemos, porque
al cabo podíamos pegársela; pero ahora... ¡oh! ahora no hay
riesgo de que contagiemos la Corte. Al contrario, si algo hay
que temer, es que ella nos contagie á nosotros. ¿Cómo empero
sucumbir á sus artes los que hemos resistido la fiebre? A Ma­
drid, pues, amigos, á Madrid! La paz que entrevemos cercana,
la vuelta de nuestro amado Fernando que ha de ser su conse­
cuencia precisa, la estabilidad del gobierno, la consolidación
de las reformas... todo exije nuestra vuelta á Madrid!
Dicen los oradores liberales, no sin sonreírse á hurtadillas
los sectarios del absolutismo, quedando en consecuencia acor­
dado el viaje tantas veces diferido, y cerradas las sesiones en la
Isla el dia 29 de noviembre, para abrirse de nuevo en la metró­
poli el 15 del próximo enero. La resolución es soberbia, y ó no