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508 TIRIOS Y TROYANOS.
lo que vá corrido de este año, y otras dos veces desalojada,
la última de ellas para siempre, por las tropas del general
Bonnet?
Pero yo no he hablado todavía de nuestro paraíso andaluz
sino solo por incidencia, y acaso no hay suceso en la campaña
de 1812 que nos deba alegrar en los términos que los que en
ese Edén se realizan. ¿Dirélo por las escaramuzas, choques y
reencuentros parciales que tienen lugar por allí? No, que si
Ballesteros se luce derrotando al francés en Osuna y á conti­
nuación en Alora, en cambio ha descuidado auxiliar á Penne
Villemur en Sevilla, y el triunfo de Cruz Mourgeon en el úl­
timo tercio de abril, vá á quedar borrado bien presto con la
derrota del primero en Bornos. Hablo de otros sucesos mas
graves, de mas consecuencia y valía para la causa de la Inde­
pendencia. ¿Qué significan ese campaneo, esos cohetes , esas
luminarias, esos vítores, ese regocijo del patriota Pueblo de
Cádiz? ¿Por qué se felicitan y abrazan los vecinos y los foras­
teros , traslimitando todos en tropel el dia 25 de agosto los
muros de la población? ¿Qué indican esos coros de vírgenes
que veo discurrir por sus calles, esos buques adornados de
guirnaldas, de flámulas y gallardetes ondeando en su inmensa
bahía, esas músicas y esas danzas que han sucedido repentina­
mente al ruido del cañón y del obús? ¡Salud, Pueblo de valien­
tes y héroes, último y seguro refugio de nuestra moribunda
Independencia, cuna de la española Libertad, patria de Colu-
mela en lo antiguo, de Menacho en los tiempos modernos! En
tí se estrelló la insolencia de la altiva escuadra de Albion á fi­
nes del siglo pasado y en el año primero del presente: en tí
se estrella ahora la furia, la arrogancia del imperio francés, cu­
yos mariscales vencidos te dejan respirar libre al fin, después