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628 TIRIOS Y TROYANOS.
que aun les queda, no los anima ya sino para aplaudir los úlli-
mos triunfos de España sobre los batallones enemigos, triunfos
ay! de tan triste memoria, como los que alcanzaron nuestros pa­
dres al trocar la coyunda agarenapor la que después nos forja­
ron Carlos V y Felipe II.
Aventados Mesclop y Pannetier en la línea del Llobregat por
los bravos Clinton y Sarsfiel, no han sido esterminados en ene­
ro, merced á lo tarde que Copons ha acudido al sitio de la re­
friega; pero con todo se ha hecho lo bastante para convencer á
Suchet de que se las há con valientes y con gente que está so­
bre aviso para no caer en sus redes. La posición del mariscal
francés es ya de todo punto insostenible, y mas disminuidas sus
fuerzas para auxiliar al Emperador, cuyos últimos alardes de
pericia, genio, actividad y talento son ya impotentes para soste­
nerle en el trono que se hunde á sus pies. Reducido á dos di­
visiones y á una reserva de caballería, diríjese Suchet á Gero­
na, donde se reconcentra con ellas, mientras queda Robert en
Tortosa, y huyendo Habert la Cataluña baja, viene á encerrar­
se en la capital que en breve es bloqueada por los nuestros, es­
trechándola completamente. Peñíscola, Murviedro, Mequinenza,
Figueras, Monzón, Jaca, Lérida... son las únicas plazas impor­
tantes que junto con las otras nombradas conserva todavia Su­
chet en Valencia, Aragón y Cataluña. Un ardid inicuo, inde­
cente habia hecho á los imperiales dueños de algunas de ellas
en febrero de 1808: justo es que ahora en el mismo mes de 1814
les volvamos ardid por ardid, aunque con la notable diferencia
de ser en nosotros legítimo lo que en ellos traicionero y vedado.
El afrancesado Van-Halen, arrepentido de su anterior conduc­
ta, es el instrumento elejido por los designios de la Providen­
cia para dar esa lección al francés; y Mequinenza, y Lérida y