TIMOS Yliras - DSpace CEU

AÑO 1813. 543
—¡Qué se apruebe! dijeron los tímidos, en tono de miedosa
aprobación.
—¡ Qué se apruebe! bramaron furiosos los frailes de las galerías
!
—¡Qué se apruebe! gritó con voz de trueno la mayoría de
los espectadores, dispuesta y traída á aquel sitio, lo mismo que
los muy reverendos, para imponer á los reformistas.
—¿Sin registro? preguntaron estos.
—¡Sin registro! contestaron unánimes los Diputados antireformadores,
los frailes y demás turba multa.
—Poco á poco, señores, poco á poco; que el registro previo
es de ley.
—¡Pues bien! que se registre enhorabuena; pero que se
apruebe al momento.
—¿Sin discusión?
—Sin discusión.
—¡Eh! orden!
—No hay orden.
—¡Consecuencia á lo menos! Las Cortes tienen decretada ya
la supresión de los tribunales conocidos con el nombre de Con­
sejos.
—¡Viva la Inquisición!
—¡Eh, señores! Vivirá muy enhorabuena; pero será con otro
nombre y forma: la Inquisición era también Consejo.
—¿Otra forma? De ninguna manera: eso se dice para ganar
tiempo.
—¡Diantre! murmuraron Arguelles, Toreno, Calatrava y Mejía,
al oir esta observación: esa turba inquisitorial ha aguzado
mucho el ingenio.
—¡Ca! dijo Nicasio Gallego, sonriéndose interiormente.