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TIMOS Yliras - DSpace CEU

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AÑO 1813. 531<br />

Los españoles de aquella época, viendo que el Santo Ofi­<br />

cio (este fué el nombre que entonces adoptó la Inquisición)<br />

no empezaba por de pronto á hacer leña sino de sus antiguos<br />

enemigos, creyeron firmemente estar seguros de no contarse en<br />

lo sucesivo entre los destinados al brasero, y así no contem­<br />

plaron á aquel con todo el horror que exigia institución tan<br />

abominable; pero viendo poco después que tras el morisco y<br />

judio venian ellos á aumentar el número de los condenados al<br />

fuego, sin que les sirviese de escudo contra sospechas y per­<br />

secuciones el ser cristianos viejos y honrados cual lo habian<br />

sido sus padres, comenzaron á mirar de mal ojo lo que tan<br />

en el orden y tan bueno acababa de parecerles, levantándose<br />

por todas partes un sin fin de sentidos clamores, y esto en<br />

tan enérgicos términos, que hirieron al fin las orejas del Em­<br />

perador Carlos V, el cual mandó al sangriento tribunal, allá<br />

por 1535, cesase en sus terribles funciones, cosa bien notable<br />

en el hombre cuya espada, terror de Lutero, tanto hizo en pro<br />

de la vieja Europa y en defensa del catolicismo. Por desgra­<br />

cia quiso la suerte que Carlos se ausentase de España, dejan­<br />

do confiado el gobierno á su hijo Felipe II, y este restableció<br />

la Inquisición en todo el lleno de sus atribuciones á los diez<br />

años de su cesación, dándole nuevo ensanche después, cuando<br />

se vio monarca propietario por la abdicación de su padre. Es­<br />

pantados debieron de quedar al mirar á aquella repuesta los<br />

que habian alzado la voz en contra de sus atrocidades; mas<br />

Felipe no quería aspavientos, y para acabar de una vez con<br />

semejantes pasmos y estrañezas, dio él mismo un grande ejem­<br />

plo de ánimo, haciendo contar en el número de las víctimas<br />

del Santo Oficio, no ya á ningún perro judio, sino á su pro­<br />

pia sangre, á su hijo Carlos, con lo cual y aquel otro asesi-

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