TIMOS Yliras - DSpace CEU

AÑO 1812. 457
determinar si la diputación (pie debia traer esos poderes habia
de ser. la inmediata ó la que Irás esta viniese.
Y estoy otrosí por la cláusula que debian las juntas elec­
torales de provincia añadir á los poderes ordinarios de los refor­
madores de la Carta para que aquellos se convirtiesen en espe­
cial apoderamiento: « Asimismo les otorgan poder especial para
hacer en la Constitución la reforma de que trata el decreto de
las Cortes, cuyo tenor [es el siguiente (aquí el decreto literal):
Todo con arreglo á lo prevenido por la misma Constitución. Y
se obligan á reconocer y tener por constitucional lo que en su vir­
tud establecieren. >
Y declaro item mas que estoy también por lo que dice el
siguiente artículo, es decir, el 383, ó lo que es todavía mejor,
el penúltimo de la Carta: « La reforma propuesta se discutirá
de nuevo; y si fuere aprobada por las dos terceras partes de Di­
putados, pasará á ser ley constitucional, y como tal se publicará
en las Cortes. »
Y esto último lo entiendo yo así: pasará á ser ley constitu­
cional en los términos que las demás leyes, es decir, reservando
al monarca la facultad de pronunciar su veto si lo considerare
oportuno, pues no admito en esta materia escepcion de la re­
gla general, y menos en nación tan monárquica como entonces
lo era la nuestra, aunque tan democrática en su espíritu como
en otras cien ocasiones el lector me ha visto notar.
Y téngase presente que ese veto que para impedir los efectos
de una mal entendida reforma considero yo necesario, es siempre
el suspensivo de marras, no el otro que se llama absoluto, y esto
por las razones ya dichas cuando ventilé esta materia, razones
que no admiten tampoco escepcion de ninguna especie, y me­
nos en nación lan demócrata como lo era la España de aquel