TIMOS Yliras - DSpace CEU

AÑO 1812. 451
En la Constitución del 37 fué este último artículo el único
que de entre los seis quedó en pié, aunque de otra manera redactado
, debiendo yo en honor de la verdad añadir que ganó
mucho en ello, puesto que en él figura esta adición que no veo
cn la Carta doceañista: la calificación de los delitos de imprenta
corresponde esclusivamente á los jurados. ¿Fué malicia ó inocentada
semejante descuido y omisión en los Diputados de Cádiz?
Desde luego se puede asegurar que no pudo ser lo primero,
sino falta de previsión: la malicia se queda para otros, para
nuestros ultramoderados de ahora, los cuales se han dejado en
el tintero, al redactar la Carta reformada, esa adición á que nos
referimos, procediendo en la tal supresión con tan reconocida
doblez y con mala fé tan insigne, que ahí están para no dejarme
mentir esos pobres y asendereados periódicos de la oposición
liberal, á los cuales fué prometido conservarles en las
leyes orgánicas el jurado omitido en esotra, y así se les cumplió
esa promesa como á la suprimida milicia la palabra de
reorganizarla, como á las poblaciones vencidas sus consabidas
capitulaciones, como á los progresitas coaligados el pacto que
con ellos se hizo de observar estrictamente las leyes, como á la
oposición parlamentaria el de someter á su examen la cuestión
relativa á las bodas, y en fin, como todas las cosas que en el
último trienio trascurrido se han comprometido á cumplir esos
dignos alumnos de Agatocles y de Oliveroto de Fermo, ó si queréis
mejor, de aquel Lysandro cuya máxima era entretener á los
hombres con palabras y juramentos, así como se divierte á los
niños con juguetes y miriñaques. ¿Mas qué mucho que nuestros
doctrinarios se conduzcan de esa manera, cuando ven que otros
hombres mas decentes hacen lo mismo en el vecino reino, del
c
ual nunca apartan los ojos como buen partido francés, según