TIMOS Yliras - DSpace CEU

A*O 1808. 89
alií. Tú confias sin duda en Monjuich y en San Fernando de Fi-
gueras , caidos en tu poder por malas arles; ¿ pero harás por eso
callar la terrible campana del somaten que pone en convulsión al
Principado? Schwartz y Chabran te dicen bastante lo que puedes
fiar en tus fuerzas en medio de esa inmensa población, decidida
primero á hacerse turca que subdita del imperio francés. Mas si
eso no te basta, (lítelo tú á tí mismo en Gerona. ¿Cómo no en­
tras en esa ciudad, tú vencedor de 9,000 paisanos en el Valles,
Mongat y Malaró? En ella hay también un Monjuich, pero es
menos fuerte que el otro, y cuando tan fácil te fué posesionarte
del de Barcelona, ¿cómo no haces lo mismo con ese? Ah! que
ya no hay traiciones que valgan , y es fuerza renunciar por ahora
á ocupar el glorioso recinto de esa heroica y valiente pobla­
ción. Huye, pues, y dá gracias al cielo si Chabran no pere­
ce en Granollers con los 3500 que acaudilla. Huye, y gózate
enhorabuena con la derrota de los somatenes que forman el cor-
don del Llobregat. Todas esas victorias parciales no te han dado
hasta ahora un solo triunfo , porque has derrotado insurgentes,
pero de eso á matar insurrecciones, ya conoces que va diferen­
cia. Dile, pues, á Murat que no es cierto que con cuatro ó seis
latigazos esté concluida la lucha. Las muestras que hasta ahora dá
esta, maldito si confirman el presagio.
¡Cuatro latigazos! Ni ciento. Preguntadle á Moncey que ha
conseguido con pasar el rio Gabriel, derrotando en el puente Pajazo
la allegadiza tropa valenciana. Otra nueva victoria en las Cabri­
llas , otra en la hermita de San Onofre, y otra á continuación en
el pueblo de Cuarte , ¿le habrán puesto sin duda en las manos
las llaves de las puertas de Valencia? No, lo que es por ahora, no
hay cuidado. Las autoridades.... es cierto.... deliberan, vacilan,
titubean, y hasta casi se inclinan á ceder, vistos los poquísimos