TIMOS Yliras - DSpace CEU

AÑO 1812. 3V3
conde, las sonrisas y halagos del poder? ¿Con qué creéis que
yo seria pobre, ó que me hallaría sin renta, si teniendo el inge­
nio escasísimo de que á Dios le plugo dotarme, me hubiera
decidido á ser ladrón ?
A este borbollón de palabras, á este fiero ex-abrupto de
preguntas, á esta granizada y pedrea de amarguísimas recon­
venciones, responden los de Cádiz: ¡Oh, no! Lejos de nosotros
creer... Ademas que la renta que se exije es solo para mas ade­
lante , para cuando las Cortes sucesivas determinen cual ha de
ser, y los bienes que la han de producir.
Y yo les replico: ¡ muy bien! Mas si hoy representa al pais
el que no disfruta esa renta, ¿ por qué ha de ser mañana el no
tenerla impedimento para hacer lo mismo ?
Los de Cádiz se encojen de hombros, aunque se empe­
ñan en disimularlo, y yo me hago el sueco y decido dar las
últimas ojeadas á la ley electoral que me ocupa.
Y las doy, como digo, y advierto que no son solamente los
seglares los que pueden ser Diputados, sino los eclesiásticos
también, siendo seculares se entiende. Y esto lo considero muy
justo, y mas con la Cámara única. ¿ Por qué no han de tener
entrada en ella los pobres individuos del clero (1)?
Y* tras esto advierto que el Código inhibe de ser Diputados
Dada menos que á los ministros, lo cual me parece muy duro; y
á los Consejeros de Estado, cosa que tampoco es muy blanda;
) á los empleados de Palacio, con lo cual estoy muy de acuer-
(1) ¿Y por qué no han de ser igualmente electores, como los demás ciudadanos?
La Cámara única exijo que estén ó puedan estar representados en
*Ha todos los intereses del Estado, y la Constitución del año 12 era muy
consecuente y muy lójica determinando con respecto al clero que fuesen
s
*»s individuos electores y clejibles.