TIMOS Yliras - DSpace CEU

2D5 runos v TRÓVANOS.
con otras mil pcgigucras pesa de unos meses acá sobre los pobre-
cilios escritores. Y como eso no puede conseguirse sin dar pri­
mero al traste para siempre con los hombres de la situación , y
como nadie puede derribarlos con tantas esperanzas de éxito co­
mo una empresa cual la de el ESPECTADOR, si en ello se empeña
de veras , de aquí, señor Don Bueso, el verme usted al frente de
los escritores que de un modo lan decidido combaten á los situa-
cionerosen el susodicho periódico. Es, pues, la causa de mis po­
bres TIRIOS la que defiendo en el ESPECTADOR, y es injusto, es
horrible, es espantoso, que cuando nada tengo tan presente como
salir airoso con mi obra (obra que, entre paréntesis, es la que mi­
ro con mas predilección por un celemín de razones), me venga
usted con que me olvido de ella , y con que la abandono y la...
—Vamos! No hay que enfadarse por tan poca cosa. Yo quería
estar al corriente de los pensamientos de usted en lo tocante á pro­
seguir la obra, y veo que usted no la olvida. Esa declaración me
complace, mas yo deseo siempre que los dichos sean corroborados
ron los hechos. Así, pues, y partiendo del principio deque es­
tando los TIRIOS todavía en el año 1811, no ha de vedar á usted
la autori lid decir cuanto le ocurra, bueno ó malo, relativamente
á esa époea y á todas las demás que vengan luego, esceptliando
la época actual...
—Eso, allá veremos, don Bueso.
— Bueno! Nada cuesta probar. Yo creo que el examen de los
hechos y de los personages históricos, y mas perteneciendo á ni»a
era tan remota como la á que me refiero, no puede prohibirse
con justicia á ningún escritor español, siendo representativo el
gobierno que nos rije en la actualidad, aun dando por supuesta
esa censura de que usted se quejaba hace poco.
—Sí, sí! Hable usted de los afrancesados, y verá lo que le di-