TIMOS Yliras - DSpace CEU

294 TlltlOS Y "MUYANOS.
acaba (le ocurrírsele á usted. Eso, empero, no pienso hacerlo
nunca con la obrilla de que estamos hablando.
—¿Y por qué?
—Porque tengo para mí que aun cuando usted siguiera el mis­
mo plan y pudiera espresar sus ¡deas en la misma forma que yo,
todavía habría entre ambos diferencias notabilísimas en nuestras
piniones y juicios sobre muy capitales materias. Usted , por ejem­
plo , creería que tal personage obró bien en este ó en el otro caso,
mientras yo por mi parte juzgaría que obró mal y aun pésima­
mente; ó hablaría usted vice-versa y diría que obró con desatino,
mientras yo esclamaria: magnífico! nada se ha Jiecho mejor que yo
sepa. Pues si de las personas pasamos á entrar en el terreno de
las cosas , ¿qué divergencias no podría haber entre sus reflexio­
nes y las mías, al tener que tocar ciertas cuestiones, cuya solu­
ción para usted seria enteramente diversa de la que yo tal vez en­
contraría?
—Eh! que no sería tan grande esa diversidad en los juicios.
Usted es liberal, yo también, y siendo de ese modo...
—Ay amigo! Eso no me prueba que tengamos las mismas opi­
niones. ¿Es usted moderado ó progresista?
tipo?
—Progresista.
—¿Y qué especie de progreso es el que á usted le sirve de
—Toma! El progreso de los progresistas.
—Eso no es decir nada, Don Bueso. Los hombres que compo­
nen ese bando se diferencian tanto en ciertas cosas...
—Pues bien: soy progresista, ¿entiende usted? pero sin per­
juicio de ser lo que se llama hombre de gobierno.
—Bravísimo! Yo también pienso así;¿pero cuánto vá, sin em­
bargo , á que no convenimos en los medios de conciliar lo uno