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AÑO 1810. 251
existencia á sí propio; y nombradas provisionalmente la presidencia
y la secretaría , declaró quedar enterado tocante á la dimisión, sin
pasar por de pronto á otra cosa. Tras esto tomó la palabra el dipu­
tado Muñoz Torrero, venerable y docto eclesiástico, hombre do
ilustrada piedad , y que á sus altas prendas evangélicas unia las mas
relevantes como ciudadano y patriota, como español y como li­
beral. Su objeto era apoyar una proposición, estendida por otro
diputado, su amigo Don Manuel Lujan, patriota y liberal como
el; y esa proposición se reducía á pedir á las Cortes generales y
ettraordinarias los seis puntos capitales siguientes:
1.° La declaración de hallarse eslas legítimamente constituidas,
juntamente con la de residir en ellas la SOBERANÍA NACIONAL.
2.° La ratificación de ser Fernaudo su único y legítimo rey,
declarando su cesión nu'.a, no solo por la violencia que habia pre­
sidido á aquel acto, sino principalmente, roa UABEKLE FALTADO
EL CONSENTIMIENTO DE LA NACIÓN.
3.° La separación de poderes en las tres consabidas fraccioues
legislativo, ejecutivo y judicial, reservándose el primero las Cortes.
4.° La responsabilidad de las personas encargadas del poder
ejecutivo, y la habilitación de la Regencia para ejercerlo, con tal
que en a piel mismo dia y en aquella misma sesión prestase el
juramento de reconocer LA SOBERANÍA LE LA NACIÓN representa­
da por las Corles; obedecer y hacer ejecutar sus decretos y leyes con
la CONSTITUCIÓN que se estableciera; conservar la independencia,
libertad e integridad de la nación, la religión católica, apostólica
lomana, y el gobierno monárquico del reino; restablecer á Fernan­
do en el trono, y mirar finalmente en tudo por el bien del Estado.
5. a
La confirmación provisional de los tribunales y de las
autoridades civiles y militares, de cualquiera clase que fuesen, exis­
tentes en el país.