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238 TIRIOS V TRÓVANOS.
ile la industria, ni se dedicaba al comercio, ni pensaba en oficio
ninguno de los que antes le daban de comer. Y el termómetro de
Keaumur marcaba muchos grados bajo cero. Y hacía muchísimo
frió, y las gentes se emprendian álapos á fin de entrar en calor,
y ninguno pensaba en otra cosa que en pa¿ar caliente el invierno.
Y era cosa de ver el zipizape que con ese motivo reinaba. Y el
francés sacudía al español, y zurraba al inglés y al portugués, y
él era aporreado por estos y aporreado por el español. Y era para
chuparse los dedos tanto zurrar, cascar y aporrear. Y Jano pre­
sidia aquel mes, y ese Jano tenia dos caras como siempre las lia
tenido, y con una miraba al español, y con otra al inglés y al
portugués.
Y habia en Portugal una vieja , y esa vieja tiraba de un nabo,
y todo era tirar y tirar, y nunca podia arrancarlo. Y esa vieja era
Massena, y era el nabo su enemigo Wellington , y por mas que
Massena tiraba , no queria Wellington sabr de las lineas de Torres-
Yedras. Y Massena pidió al Emperador que viniese Soult en su
ayuda, y el Emperador mandó á Soult que saliese de Andalucía
y fuese á auxiliar á Massena. Y Soult no quiso que dijesen de él
que era el viejo tirando de la vieja que estaba tirando del nabo,
porque conocía muy bien que por mas que tirasen los dos, siem­
pre habían de venir á parar en que no era posible arrancarlo.
Y en vez de caminar á Portugal, salió Soult para Estrema-
dura , y con licencia de Napoleón puso sitio á Badajoz y Olivenza,
y luego sin pedir licencia á nadie, tomónos á Olivenza y Badajoz.
Y esto último fue una picardía, porque á haber vivido Mena-
cho, no se hubiera rendido la plaza; pero un descomulgado pro­
yectil nos dejó sin gobernador, y tuvimos un héroe de menos al
mes y medio de comenzado el sitio, y sucedió á aquel héroe mi
tal Imaz, y á mí me da vergüenza decirlo, pero Imaz se rindió á