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AÑO 181-2. 377
cortapisa de haberlo de verificar á propuesta del Consejo de
lisiado; la de presentar para todos los obispados, y para todas
las dignidades y beneficios eclesiásticos de real patronato, previa
la citada propuesta; la de proveer toda suerte de empleos; la de
conceder honores y distinciones de toda clase, con arreglo á las
leyes; la de mandar los ejércitos y armadas; la de disponer del
ejército como sea mas conveniente; la muy terrible de declarar
ia guerra, y la de hacer y ratificar la paz, aunque con el deber
de dar después cuenta documentada á las Corles; la bellísima de
indultar á los delincuentes con arreglo á las leyes; la de la ini­
ciativa de esas leyes, que yo por un error involuntario he dicho
que le estaba escatimada (1); la de dirigir las relaciones diplo-
(1) Véase la página 353. Entre los libros que mas estimo por el precio
de afección que les doy, cuento un ejemplar de la Constitución del aíio 12,
impreso en Zaragoza , año 1836, el cual me fué regalado por un amigo que
murió puco tiempo después. Este ejemplar tiene manuscritas las páginas 47,
48, 49 y 50 , por haberse estropeado las hojas impresas que contienen las
atribuciones de que está revestido el monarca, no contándose en ella la 14,
concebida en los términos siguientes: Hacer á las Cortes las propuestas de
leyes ó de reformas que crea conducentes al bien de la nación, para que
deliberen en la forma presenta: descuido debido sin duda á precipitación
del copiante. De aquí que no viendo yo entre las facultades del rey indicada
la iniciativa sino de un modo vago y oscuro en el arlículo 125 , y no
Puliendo presumir al pronto la falta del manuscrito á que me refiero, me
hayan los Diputados de Cádiz, debido malamente una censura que por lo que
he visto después, me hallo en el caso de rectificar. En efecto , chocándome
mucho que la Constitución del año 12 fuese tan poco esplícita en asunto tan
mteresante y vital, y recordando por otra parle que entre las leyes de las
Cortes de nuestra 2. a
época constitucional existen varias presentadas al
Congreso por los ministros á nombre del rey, entré en sospecha sobre la
infidelidad de las hojas manuscritas, y ocurrióme consultar otro impreso,
y allí ví el lamentable vacío de que adolecía mi copia. Quise entonces corregir
mi aserción ; pero el pliego que la contenia estaba impreso y satín -.do