TIMOS Yliras - DSpace CEU

430 TIRIOS ¥ TROYANOS.
arbitrios para realizar el proyecto: ¿podrá el ayuntamiento del
pueblo proceder á exigir estos últimos? Vosotros, claro está,
diréis que no, porque eso es imponer contribuciones, y las doc­
trinas constitucionales se oponen á que estas se exijan sin la
aprobación de las Cortes. Yo podria tal vez replicaros que esas
doctrinas dicen relación mas bien á los impuestos generales ó
que pesan sobre lodo el pais, que no á los puramente circunscri­
tos á una pequeña localidad, los cuales, si convienen los vecinos
en haberlos de satisfacer en obsequio y pro de la misma y sin
perjudicar á las demás, ignoro porque deban vedarse. Mas ya
he dicho que en esta materia quiero en cuanto dependa de mí
no indisponerme con el centralismo, y así, renunciando á esa
réplica, diré solo: ¿por qué no delegar alas diputaciones pro­
vinciales, en unión con el gefe político, esa atribución de apro­
barlos, sin necesidad de que todo haya de decidirse en Ma­
drid? ¿ Porque ademas de esas diputaciones, no podria haber
otras de partido, presididas por otros delegados del supremo
gobierno central, á cuya autorización se recurriera en casos
como el de que hablamos, en vez de hacerlo á las de provin­
cia? No hay esa escala de organización en la administración
judicial? ¿Por qué, pues, no hacéis otro tanto con la adminis­
tración económica?
Pero el caso es que las obras que un pueblo necesita cons­
truir, y aun las que solo exigen el cuidado de la mera reparación,
ó el de la conservación pura y simple, son en las mas de las oca­
siones de urgentísima necesidad. ¿Será entonces igualmente pre­
ciso esperar que las Corles decidan sobre el señalamiento de
arbitrios, antes de proceder el concejo á providenciar lo opor­
tuno en cosas que no admiten dilación ? A eso contestáis que
en tal caso podrá aquel usar interinamente de los arbitrios in-