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506 TIRIOS T TROYANOS.
Volvamos al teatro de la lucha.
El segundo semestre de este año fué, en cuanto á sucesos
parciales, satisfactorio como el anterior, señalándose Castañon
por la toma de Tordesillas, el Empecinado por la de Guadalajara,
y Enrile por hacer prisioneros á los imperiales de Astorga, ha­
biendo faltado muy poco para que sucediese otro tanto con los
de Zamora y de Toro, cuyos cercos hubieron de alzarse, mer­
ced al movimiento de Foy, afortunado solamente á medias. Con
los reiterados combates que Lacy, Milans, Manso, Eróles y otros
beneméritos gefes sostenían en Cataluña, alternaban en la ca­
pital repetidas conspiraciones contra la dominación eslrangera,
escediéndose Henriod en sus venganzas, y poniéndoles coto el
primero de los espresados caudillos, apelando á represalias ter­
ribles, único medio, bien que repugnante, de hacer entender
la razón á aquel gobernador furibundo. Nombrado Sarsfield por
la Regencia comandante general de Aragón , redoblóse en este
país el incansable y fiero pelear, penetrando aquel en Barbas-
tro cuando estaba terminando setiembre, mientras restablecido
de su herida secundaba Mina sus planes en la orilla izquierda
del Ebro, y los bravos Gayan y Villacampa hacían otro tanto en
la derecha, asociándoseles en ocasiones el Empecinado y Du­
ran. La llama de la guerra con esto manteníase allí inestingui-
ble como el fuego en el templo de Vesta, siendo tal el apuro
en España. ¡Han sido nuestros hombres de Estado, y en particular los an­
tiguos, tan poco escrupulosos cn esto! Sin salimos de lo militar ni de la
Guerra de la Independencia, ¿cuántos nombres no tengo citados y cuántos
no podria añadir estranjeros por sus cuatro costados, entre los que á fuer
de imparcial (porque ante lodo soy historiador) he llamado dignos de loa
al mencionar los heroicos hechos de los defensores de España en ese sublime
período?