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AÑO 1812. 365
la mordaza durante el interregno de las Cortes para ahogar la
voz de la prensa, ¿cómo podrá esa prensa denunciar los abusos
que note en el poder? Y aunque así no suceda; ¿qué importa
que ademas de la prensa en cuestión tengamos á mayor abun­
damiento una corporación encargada de dar cuenta oficial al
Congreso de todo lo que diga relación con los mencionados
abusos? El quid está en que la Diputación se limite á su
vigilancia sin trabar la acción del gobierno, y pues así lo hace
la vuestra, repito, Diputados de Cádiz, que merecéis aplausos
por crearla, ó mas bien por resucitarla, pues no es cosa nueva
en España la Corporación de que hablamos. ¿Por qué se omi­
tirla esa útilísima, esa bien entendida institución en la Consti­
tución del 37?... Pasemos empero á las Cortes que se llaman
extraordinarias.
Estas, como lo indica su nombre, son las que se convo­
can y reúnen en circunstancias que no son comunes, no pu­
diendo por lo tanto entender sino en el objeto que diere
lugar á su convocación y reunión. Los casos en que así puede
hacerse son únicamente estos tres:
1.° Cuando vacare la corona.
2.° Cuando el rey se imposibilitare de cualquiera modo para
el gobierno,, ó quisiere abdicar la corona en su sucesor.
3. e
Cuando en circunstancias criticas y por negocios ar­
duos, tuviere el rey por conveniente que se congreguen.
En todos estos casos se dispone que haya de ser la Dipu­
tación permanente de Cortes quien convoque el Congreso es-
tr
aordinario, y francamente creo que en el último debe el rey
convocarlo y no ella; y lo mismo cuando quisiere el monarca
nacer abdicación de la corona. La cosa varia de aspecto cuando
°sta queda vacante, y también cuando el rey se imposibilita;