TIMOS Yliras - DSpace CEU

500 TIRIOS Y TROYANOS.
formar al frente de nuestros ejércitos los que casi siempre lian
estado colocados á retaguardia, salvo solamente este año, en
que ya no hay apuros que temer parecidos á los anteriores?
¿Quién os dice que si yo me equivoco y vuelven los conflictos
pasados, no darán media vuelta á la izquierda los que ya lo han
hecho otras veces, buscando en Portugal su guarida ó apelando
á la fuga en sus naves? ¿Quién os dice que siendo otro el
soplo de la fortuna tan propicia hoy, no se agitará nuevamente
en el Parlamento británico aquella tan sabida cuestión sobre si
se nos debe auxiliar, ó abandonarnos á nosotros mismos? ¿Quién
os dice que en llegando ese caso, no triunfará en las Cámaras
inglesas el partido favorable á la paz ? Solo, pues, en el caso
contrario, es decir, cuando lodo vaya bien , podéis lisonjearos
con la idea de que no haya de seros funesto el mando conferido
á Wellinglon; pero si con efecto sucede que las cosas se
presentan así, ¿'á qué es la creación de ese mando? Si el barro
que antes nos llegaba al cuello, no ha de pasarnos ya de la cintura,
¿por qué ha de ser preciso, cual decís, ese generalato en
cuestión para sacarnos del atolladero?
¡Oh, qué pifia, Diputados de Cádiz, qué pifia la que habéis
cometido! Porque no hay que venirme con sofismas, tales
como esos con que se fascinan Vega, Ciscar, Arguelles, Calatrava,
Toreno, Navarro, Mejía, Herrera, Golfín y Tejada: no
me vengáis diciendo, v. gr., que el ejército anglo-portugués es
aliora el principal centro de las operaciones de la guerra, ó
que la investidura suprema que habéis concedido á Wellington
es el medio mas á propósito para hacer mas estrecha la alianza
que nos une al gobierno británico, ó que ese mando, en fin,
es necesario para defender en España las nacientes instituciones
con el auxilio de la Inglaterra, caso de no poderse soste-