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AÑO 1812. 513
del 2 de octubre, deteniéndose en él cinco dias, y volviendo
á evacuarlo el 7, ansioso de caer sobre Wellington, á quien be
dejado hace rato sitiando el castillo de Burgos.
¿El castillo de Burgos? Sí á fé, y por cierto que el lino
desplegado en las operaciones del cerco, no parece honrar
gran cosa, ni aun en la opinión de Toreno, al flamante gene­
ralísimo. Bien preparados, dice, los ingleses, hubieran debido
tomar los fuertes de Burgos en el espacio de solo ocho dias. Dis­
culparon su descalabro con falta de medios, y con no haber cal­
culado bastantemente la resistencia que encontraron. Mas enton­
ces, ¿para qué emprender un sitio tan inconsideradamente? Ob­
servación matante ano dudar; pero Wellington tiene escusa
aun, por aquello de no hay hombre cuerdo.... lo que sigue: si
monta á caballo. El suyo de batalla por los dias á que se refiere
ese silio, era la elevación consabida, y así nada tiene de estra-
ño que fija su atención en las Cortes, y ocupado después en
contestarles, y luego en escribir á su gobierno, y tras eso en
esperar la licencia para la aceptación de la gracia, no cayese
en la cuenta de los medios que le faltaban para salir bien res­
pecto á apoderarse del castillo. Perdió, pues, un tiempo pre­
cioso sin otro resultado que la toma del hornabeque de San
Miguel y la escalada del primer recinto, desgraciándosele la del
segundo; visto lo cual, y vista juntamente la prisa que se daba
Souham en acercársele con sus imperiales de los ejércitos de
Portugal y del Norte, mientras el rey José hacia otro tanto con
el del Centro y el del Mediodia, levantó el silio el 22 de octu­
bre. Hecho esto, emprendió su retirada camino de Portugal,
dando principio á su movimiento con 48,000 hombres y 5000
caballos de su nación y la lusitana, y con 18,000 españoles
que del 6.° y 7.° ejército habíansele en su mayor parte agre-
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