TIMOS Yliras - DSpace CEU

debiera observarse con cuidado la condueta de los conspiradores,
porque al fin mucho tiene adelantado para degenerar en alevoso el
que por cobarde comienza; mas lo que es por entonces repito que
no ofrecía riesgo alguno grave aquella miserable pandilla. El tri­
bunal nombrado por las Cortes absolvió en mayo de i 812 á los
consejeros de Castilla, autores de la consulla á que arriba me be
referido, y por lo que respeta á Colon , hizo lo que se llama vista
gorda, sin darle absolución ni condenarle, gracias al propicio dic­
tamen de la junta suprema de censura, que oponiéndose á la ca­
lificación de otra junta censoria provisional, y oponiéndose mal se­
gún algunos, declaró no culpable su escrito. Lardizabal salió peor
librado, pues si bien no se le impuso la pena que pidió el fiscal
Arce contra él....
—¿Qué pena?
— La de muerte, Don Bueso: la misma que un fiscal progre­
sista pidió cuatro años ha contra Asquerino por ciertas espresio­
nes
—Sí, sí pero esas espresiones, vecino, eran subversivas,
atroces.;., y sobre todo, amigo de mi alma, eran contra el Re­
gente, contra el Duque, contra el ¡lustre general....
—Y bien 1 ¿Merece disculpa por eso la Conducta del tal fun­
cionario? Ya veo que el progreso de usted- ,. u
loe* mas qie en la esencia , en el nombre. Esto, empero, noes
ahora del caso. Usted pensará como quiera respecto á la pena de
muerte pedida contra el pobre Asquerino. Yo por mi parle pienso
que fné un bárbaro el fiscal que tal demandó, tan bárbaro con cor­
ta diferencia como el otro fiscal de que habí aba mos. Eb ? qué dice
osted entre dientes?
•—Nada... digo que sí, que, en efecto, los dos fiscales fue-
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