TIMOS Yliras - DSpace CEU

368 TIRIOS Y TROYANOS.
que ha comprendido, no la esencia , porque eslo es absoluta­
mente imposible en todas las cosas humanas, sino ni aun la
parle superficial de ese Huido que llamamos luz? Cuanto mas
pensamos en ella, mas nos quedamos con el alma á oscuras.
¡Oh, sí! tiene razón el Lugdunense: todo con la luz es clarí­
simo , y nada hay mas oscuro que la luz.
Semejante á este juego de palabras es el que podría for­
marse con la de rey y sus derivados en lenguage constitucional.
Todo quieren hacerlo real los realistas con la realeza, y nada
en los tiempos modernos es menos real, bien mirado, que la reale­
za y los reyes. Yo por mi parle al menos no comprendo, ó
si lo comprendo es con mucha, con muchísima dificultad, lo
que significan ahora la dignidad real y el que la tiene. Allá en
tiempos remotos, ¡ vaya en gracia! eso de ser rey era algo,
era todo lo que habia que ser.... era, en fin, una realidad; pero
inventadas las Constituciones, ¿sabrán mis lectores decirme su
significado y esencia? Para unos el rey es la persona; para
otros la institución; para otros una entidad , un principio , un
fantasma, un no sé qué que ellos no lo saben tampoco. ¿Será
tal vez que rey no sea nada, sino mera palabra y nada mas?
Yo á veces me inclino á creerlo, porque nunca esa voz veo
que esprese una idea fija y exacta. Para Hobbes el rey es la
fuerza; para Cumberland la recta razón; para Filmer el padre
de familia; para Moore una necesidad ; para Grocio, Puffendorf
y Volfio el fin ú objeto de las sociedades; para mí lo que he
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