TIMOS Yliras - DSpace CEU

78 TiniOS Y TRÓVANOS
once varas, y sin embargo so molió y salió, y lo hizo á las mil
maravillas. Ello si, la contienda fué larga, como que duró siele
siglos, pero ó meterse ó no meterse, ¿ estáis ? Los españoles pen­
saron asi, y lo mismo mismito en el caso á que se refiere mi cuen­
to. La lucha que se va á inaugurar es desigual, horrible, espan­
tosa , desesperada, loca, eterna casi pero tanto mejor para
empezar. Ella al cabo deberá concluirse con el fin del mundo á lo
menos, y por una bicoca como esa, no deben quedar problemáticos
el pundonor y el brio nacional. Demás que Santa Rita está allá
arriba, y nosotros estamos abajo, y ella que es abogada de imposi­
bles, no nos ha de dejar en la estacada.¿Qué decís á esto, políticos?
Es mucho pueblo el pueblo cuando es pueblo, el del Cid y
Pelayo sobre sobre todo!
El domingo I o
. de mayo pasaba Murat por la puerta del Sol,
tan vanaglorioso y tan jaque, que no habia mas que pedir. Los
suyos, cubiertos de hierro, seguíanle con sendas tizonas, y causaba
pavor el mirarlos. Los madrileños tomaron á risa aquella ostenta­
ción de fuerza, de desfachatez y de orgullo; y viendo al gran Du­
que adornado de insignias y de ringorangos, dióles por toser y
escupir, y acabaron al fin por chiflar. ¿Silbidos en Madrid, y en
domingo? Que me maten si el lunes no hay toros, según se anti­
cipa la gente á anunciar la funeion. No es eso, sin embargo, lo
malo, sino que Murat por lo visto apetece también armar gresca.
¿Qué significa sino ese empeño en sacar de Madrid los últimos
restos de ta familia real, para hacerles seguir la misma ruta que
ha dejabo abierta Fernando? El príncipe francés confia en sus
fuerzas; pero ¡ guay del matón y su gente! que si les sale bien el
primer golpe, nadie les asegura por eso que después no se vuelva
la torta. En España tras una mala prueba, suele babor una buen;;
corrida.