TIMOS Yliras - DSpace CEU

220 T1K108 Y THOYANOS.
que por lo vivo de su albor no debia jamas tener noche, y que sin
embargo la tuvo, y que lodavia la tiene: dia de brillante crepúsculo,
de apacible y engañosa mañana , de tarde cercada de nieblas, abor­
tada del averno á deshora, venida antes de tiempo en castigo de
nuestros pecados que muy grandes debían de ser, y muy
grandes sin duda son aun, cuando duran todavía las sombras, sin
mas rayo de luz de vez en cuando que el de algún cómela siniestro,
¡cómela de esos que viniendo de frente parecen astros de felicidad,
hasta que luego muestran lo que son, infundiendo horror con su
cola!
¿A qué, empero, especies tan tristes, ó arpié adelantar re­
flexiones en que nadie entonces pensaba? Sujestion infernal fué sin
duda; pero asi he comenzado el capítulo, y asi será preciso que
pase, que he dicho ya (pie estoy de mal humor, y no está en mi
mano hacer olio.
Era, pues, como iba diciendo, el dia 2i de setiembre de
1810, y era ya llegado el momento en que el roló de la regene­
ración sonase en España su hora. Trasladada de Cádiz la Regencia
á la Ciudad de San Fernando, y reunidos en las casas consistoriales
los diputados que habian acudido allí en virtud de la convocatoria,
pasó con ellos á la Iglesia mayor, en donde el arzobispo de Toledo
celebró con pompa solemne la misa del Espíritu Santo. Terminada
la obra del Señor, dio principio en seguida la del hombre, exi-
jiendo á los representantes el juramento que después diré; tras lo
cual hizo luego de las suyas el espíritu tentador, trasladándose
los diputados al teatro de la misma ciudad, punto que el maligno
indicó como el mas apropósilo para dar comienzo en España al
régimen representativo. Dios, el hombre y el diablo, ya lo dije:
pero aunque este y aquel se coaliguen, y aunque estén desd een­
tonces de acuerdo para hacer irrisorio entre nosotros el reinado de