TIMOS Yliras - DSpace CEU

kok TIRYOS Y TROYANOS.
en materia de modificaciones, era preciso ante todas cosas establecer
ciertas formalidades, sin las cuales no fuera nadie osado
á variar una sola letra en ninguno de sus artículos? No está,
empero, en esto lo malo, sino en que yo también creo lo propio,
y así será preciso resignarme á que los liberales de ogaño
se me rian de compasión, y digan de mí ¡pobre hombre!, con
todo lo demás consiguiente á mi majadería en ver las cosas de
un modo tan opuesto al que está en uso entre esos respetables
varones.
Para saber si una Constitución necesita ó no de reforma, lo
primero de todo es practicarla, porque no siendo así, ¿ cómo
diantres podrá ver el que no sea brujo lo que en ella hay de
bueno ó de malo? Tal era, lectores, la lógica de los legisladores
gaditanos, y tal es la mia también, y hasta casi me atrevoá
asegurar que tal es no solo la vuestra, sino la de cualquiera otro
bicho que tenga dos dedos de frente, dicho sea con licencia y
perdón de los que nos llaman babiecas. Ahora bien, si la cosa
es así, nada mas natural que las Cortes tratasen allá á lo patán
de asegurar ante todas cosas esa práctica á que nos referimos, y
de aquí lo oportuno del artículo por el cual se previene que el
Congreso se ocupe en sus primeras sesiones en tomar en consideración
las infracciones de Constitución que se le hubieren
hecho presentes, á fin de poner el conveniente remedio y hacer
efectiva la responsabilidad de los que contravinieren á ella. Esto,
como se vé, es un demontre, ¿porque qué Bretón hay posible,
ó qué Meer podrá gobernar donde tal artículo rija? Mas los Diputados
de Cádiz ignoraban como gente atrasada los justos miramientos
que se deben á la dictadura del sable, y así, sin andarse
en chiquitas, añadieron que todo español tenia el consabido
derecho de representar á las Cortes ó al rey para recia-