TIMOS Yliras - DSpace CEU

VIV TIRIOS Y TROYANOS.
En ningún pais de la tierra ha sido observada la lev con la
religiosidad que en Aragón, y en ninguno ha sido tan fuerte la
organización del Estado como en ese clásico suelo de las virtu­
des y la libertad. ¿Qué mucho? La Justicia era allí la piedra
angular del gobierno; la base en que estaba fundado todo el
sistema constitucional. La institución de la magistratura habia
precedido en ese Pueblo á las instituciones políticas, y la Junta
de San Juan de la Peña habia armado el brazo de la ley antes
que el poder del monarca. En el largo transcurso de ocho siglos
que duró el Justiciado mayor (1), en vez de divorciarse un solo
dia de la justicia y la legalidad la seguridad del Estado, vióse á
esta afirmarse mas y mas desde el afortunado momento en que
el sacerdote de Themis recibió de las Cortes del reino todo
el poder que le era necesario para hacer la ley efectiva. Des­
de el rey hasta el último mendigo, todos eran iguales allí
ante el Tribunal de los Aux, de los Cerdanes y de los Lanu-
zas. ¡Sublime y admirable institución! Yo no reconozco en la
historia de las instituciones humanas creación comparable á la
tuya. ¿Cómo viniste al mundo en una época, de la cual lo me­
jor que se dice es que era de ignorancia y barbarie? ¿ Cómo
desapareciste después, cuando empezaba á iluminar al mundo
la suspirada y venturosa estrella de la moderna civilización?
Pero en España no alumbraba entonces el rayo de esa luz bien­
hechora : su lumbre era triste y sombría; era la del astro del
trono.... mal digo, la que el trono reflejaba de las hogueras de
la inquisición. La infanda tiranía real no podia sufrir con pa­
ciencia un sistema de cosas basado en la observancia estricta de
las leyes, y se preparó á derrocarlo. La libertad délos arago-
(1) Yo considero muerto el Justiciado desde la ejecución de Lanüzá.