29.04.2013 Views

é 3 - citaREA

é 3 - citaREA

é 3 - citaREA

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

OLM — 102-— OLM<br />

corto, y por el contrario, si el clima es frío,<br />

tendrá que ser de mayor número de años. Bu<br />

un suelo pobre el turno no puede ser largo,<br />

porque de lo contrario se perdería mucho crecimiento,<br />

y en un suelo profundo y f<strong>é</strong>rtil<br />

puede, en cambio, ser de larga duración. Las<br />

exigencias del consumo podrán, por otra parte,<br />

servir tambi<strong>é</strong>n de guía para la fijación del<br />

turno.<br />

Puede aplicarse al olmo el sistema de cortas<br />

regulares ó por aclareos sucesivos, observando<br />

con corta diferencia las mismas reglas<br />

que para el haya. La orientación de las cortas<br />

no exige gran cuidado, á no ser que haya que<br />

temer muchos daños por los vientos, en cuyo<br />

caso deben empezarse por el lado opuesto. La<br />

corta diseminatoria se hará de manera que los<br />

árboles no queden muy claros, á fin de evitar<br />

que el suelo se cubra de hierbas, que impedirían<br />

la germinación de la semilla. Verificada<br />

esta corta, se espera un año de semilla, que<br />

suele presentarse con frecuencia, y en el invierno<br />

inmediato se ejecuta la corta aclaradora,<br />

dejando los árboles de tal manera que<br />

haya una distancia de 5 á 6 metros entre las<br />

extremidades de las ramas. A los dos ó tres<br />

años se pueden ya cortar todos los árboles<br />

padres, conservando, si se cree conveniente,<br />

algunos árboles de reserva despu<strong>é</strong>s de la corta<br />

final. Las claras deben ejecutarse según las<br />

reglas generales para ellas establecidas.<br />

El repoblado joven exige los cuidados consiguientes<br />

para impedir la invasión de las<br />

hierbas en el terreno y los daños de los ganados.<br />

Lo primero debe evitarse por medio de<br />

limpias, y lo segundo por el acotamiento del<br />

terreno durante un cierto número de años.<br />

Tomando por base la edad, debe durar el<br />

acotamiento hasta que las plantas tengan de<br />

diez á quince años, y atendiendo á la superficie,<br />

debe procurarse que la parte vedada sea<br />

de un octavo á un quinto, sin exceder de este<br />

último límite.<br />

Cuando el monte no permita la aplicación<br />

de las cortas continuas, se establecerán las<br />

cortas por entresaca, procurando regularizarlas<br />

por la división de la superficie en r.n cierto<br />

número de secciones, dentro de las cuales<br />

se harán las cortas anuales, lo que permitirá<br />

pasar insensiblemente al sistema de cortas<br />

continuas ó regulares.<br />

Así como el olmo se encuentra raras veces<br />

constituyendo montes por sí solo, tampoco<br />

suele hallarse mezclado en extensiones muy<br />

considerables con otras especies propias del<br />

monte alto. JBajo este punto de vista, la especie<br />

con que se asocia mejor es el haya; así es<br />

que, en el caso de tener que crear un monte<br />

de olmo mezclado con otra especie de hoja<br />

plana, debe escogerse aqu<strong>é</strong>lla, siempre que<br />

lo permitan las condiciones de la localidad.<br />

En tal caso, los aclareos de las cortas regulares<br />

ú ordenadas no pueden hacerse de modo<br />

que los árboles queden tan espaciados como<br />

cuando se trata del olmo solo, pues además<br />

de que el fruto del haya no presenta las con­<br />

diciones de el del olmo, que es arrastrado fácilmente<br />

por los vientos, necesitan tambi<strong>é</strong>n<br />

las hayitas más protección y abrigo en los<br />

primeros años. El turno debe ser algo menor<br />

que para el haya sola, dependiendo su duración<br />

de la especie que más abunde, ó sea de<br />

la proporción que exista en la mezcla de las<br />

dos especies arbóreas. En general, el plan de<br />

cortas y las reglas para su ejecución deben<br />

conformarse más bien con las exigencias del<br />

haya que con las del olmo, por ser aquella<br />

especie de mayor valor que <strong>é</strong>sta. El repoblado<br />

será más conveniente verificarlo artificial que<br />

naturalmente, vali<strong>é</strong>ndose al efecto de la plantación<br />

, pues de ese modo se conservará más<br />

fácilmente la proporción que se desee entre<br />

las especies.<br />

Monte bajo.—Puede muy bien aplicarse este<br />

m<strong>é</strong>todo cuando el objeto sea obtener leñas ó<br />

maderas de cortas dimensiones.<br />

El olmo brota de cepa y raíz, pero si bien<br />

las raíces someras echan muchos brotes, <strong>é</strong>stos<br />

son d<strong>é</strong>biles y no producen muy buenos árboles.<br />

La reproducción por brotes determina los<br />

límites dentro de los cuales debe estar encerrado<br />

el turno. En efecto, <strong>é</strong>ste no puede ser<br />

más corto que el número de años que necesiten<br />

las cepas para producir brotes bastante<br />

vigorosos para la multiplicación, y tampoco<br />

puede exceder de la edad en que aqu<strong>é</strong>llas<br />

pierdan su fuerza ó facultad reproductora.<br />

Esto último sucede en los olmos desde los<br />

ciento cincuenta á los doscientos años.<br />

La primera roza puede verificarse ordinariamente<br />

entre los veinte y sesenta años.<br />

Cuando se trate de obtener leñas menudas, el<br />

turno debe ser de veinte á treinta años; para<br />

leñas gruesas, de treinta á treinta y cinco<br />

años, y cuando se quiera aprovechar al mismo<br />

tiempo algunas maderas de cortas dimensiones<br />

, puede llegar hasta cuarenta años. Por<br />

regla general, el turno del olmo en monte bajo<br />

no debe exceder de este último límite.<br />

T<strong>é</strong>ngase en cuenta, para elegir el m<strong>é</strong>todo<br />

de beneficio, que los fríos intensos dañan mucho<br />

á las cepas.<br />

No están acordes los selvicultores sobre la<br />

determinación de la <strong>é</strong>poca más conveniente<br />

para ejecutar las rozas. Examinando la cuestión<br />

desde el punto de vista general, no puede,<br />

efectivamente, decidirse si son más favorables<br />

las estaciones de primavera y verano<br />

que las de otoño <strong>é</strong> invierno. Prescindiendo,<br />

sin embargo, de que hay algunas especies<br />

arbóreas que por circunstancias especiales no<br />

pueden ó deben rozarse más que en determinadas<br />

<strong>é</strong>pocas, lo cierto es que por lo común<br />

se prefiere para las demás, y entre ellas para<br />

el olmo, la <strong>é</strong>poca que media desde que han<br />

pasado los fríos más rigurosos hasta que los<br />

árboles empiezan á cubrirse de hojas. En nuestro<br />

país suelen ejecutarse en Febrero.<br />

Lo que debe procurarse sobre todo es que<br />

los cortes sean limpios <strong>é</strong> inclinados al exterior,<br />

para evitar que se depositen en ellos las aguas,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!