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apostemado. Ignórase la causa que produce
la amarilla.
Algunos la atribuyen á las majadas húmedas
, otros creen que~la adquieren en el vientre
de las madres cuando éstas pastan ciertas
malas hierbas, especialmente la alberja.
La enfermedad es de difícil curación, mas
se aconseja como remedio preventivo poner
las majadas en sitios altos y enjutos en tiempos
lluviosos y de nieblas. De niugún modo se
deben empellejar con la piel de los corderos
muertos de esta enfermedad los sanos para
darles nodriza.
De la vasquilla.—También esta enfermedad
suele atacar en invierno, y causa grandes
estragos en los rebaños que pastan algunas
comarcas andaluzas, las dehesas del Guadiana
y los terrenos labrantíos.
El nombre de vasquilla proviene sin duda
de la de vasca, por el rechinamiento de dientes
que produce la fuerza de la convulsión en
los animales atacados.
Ataca principalmente á las ovejas que
crían; á los carneros y las machorras no les
ataca tan frecuentemente.
La carne de las ovejas muertas de vasquilla
tiene color sanguinolento, particularmente
hacia la cabeza.
Conviene, cuando se inicia la vasquilla, llevar
el rebaño á dehesas que tengan roijo ó en
que abunden las plantas arbustivas.
Modorra.—Esta enfermedad ataca principalmente
á las reses de uno y dos años, y se
cree que guarda período con los cuartos de la
luna.
Los animales atacados se separan del rebaño,
no comen ni rumian, y dan vueltas en redondo.
Se les reblandece el cráneo, y si no
se matan inmediatamente, los sesos se convierten
eu una masa líquida.
Se cree que esta enfermedad está producida
por una lombriz que se halla en la cabeza,
llamada idátida.
La enfermedad es incurable, bien que algunos
aconsejan que se haga la operación del
trépano, á fin de extraer la idátida.
Se puede comer sin peligro la carne de las
reses atacadas de modorra, de cucharilla y
de la vasquilla, pero no debe comerse el hígado
de las atacadas de cucharilla.
Se ve por todo lo expuesto que no es de comodidad
la profesión de ganadero, y que el
ganado lanar, que produce mucho cuando es
ateudido convenientemente, es ruinoso cuando
el amo es descuidado, y el pastor indiferente
ó perezoso.
Esto lo dijo Virgilio hace más de diez y
ocho siglos en sus Geórgicas, hablando de las
ovejas:
Hic labor; hinc laudem fortes sperale coloni.
Mucho cuesta su crianza, pero esperad de
ella gran prez, ó robustos labradores!
M. Lóptz Martínez.
OVIEDO CGeografía agrícola).—Provincia
española situada entre los 42° 57' y los 43°
38' de latitud Norte, y entre 0 o
43'y 3 o
25' de
longitud occidental del meridiano de Madrid.
Confina al Norte con el Océano cantábrico; al
Este, con la provincia de Santander; al Sur,
con la de León, y al Oeste, con la de Lugo.
Ocupa una extensión de 10.596 kilómetros
cuadrados, y se halla poblada por 576.352 habitantes,
distribuidos en 5.116 poblaciones,
agrupadas en 77 ayuntamientos ó concejos,
siendo la densidad de 54,4 habitantes por kilómetro
cuadrado, y ocupando bajo ese aspecto
la proviucia el decimotercio lugar entre las
españolas. Se halla comprendida aquélla entre
el mar Atlántico, cuya costa mide eu esa circunscripción
unos 220 kilómetros de longitud,
y la cordillera cáutabro-astúrica, prolongación
de la pirenaica, que corre por la parte
meridional y separa á Asturias de Castilla la
Vieja. El terreno es muy accidentado, pudiendo
decirse que se halla cubierto por los con -
trafuertes y estribaciones de la cordillera citada,
de manera que no existen planicies de
alguna extensión en Asturias, y alternan las
elevadas montañas ó las verdes colinas con los
estrechos valles y las poco anchurosas vegas.
Entre los más altos montes destacan los Picos
de Europa, conjunto de calvas cimas que
forman un verdadero laberinto de eminencias
y valles, y se encuentran en la parte oriental
de la provincia; entre ésta y las de Palencia
y León; el Pajares, que da nombre á un puerto
por donde cruzan la carretera y el ferrocarril,
que facilitan la comunicación entre
Asturias y el Centro de España; la Peña Ubiña,
el Cambral y el pico de Cuiña, éste en
tre las provincias de León, Lugo y Oviedo,
siendo por consiguiente la más occidental de
las cimas que destacan en las serranías de
Asturias. Estas derivaciones, todas ellas de la
gran cadena meridional, se dirigen siempre
hacia el Norte para terminar en la costa ó en
sus cercanías, desviándose algunas un poco
hacia el Este ó hacia el Oeste, formando una
complicada red, eu la cual y en el tercio occidental
de la provincia destacan la Serracina
y la sierra de Trabada, próxima y paralela al
límite occidental de Asturias. Desde los picos
de Europa, y cerca del confín de la provincia
de Santander, corre una pequeña cordillera
que se desarrolla en direccióu al Nordeste y
termina en la costa. La constitución geológica
del suelo, en el cual abundan los yacimientos
carboníferos, es ciertamente digna de
estudio.
Ríos.—La provincia de Oviedo forma una
pequeña cuenca hidrográfica, y todas sus
aguas descienden directamente al océano
cantábrico. Por lo mismo que corren únicamente
por la estrecha zona de la provincia,
los ríos sou poco considerables y de breve
cauce, y si se tiene en cuenta lo quebrado del
terreno y su considerable desnivel, no es de
extrañar que casi todos ellos merezca más
bien el nombre de torrentes, que las nieves
y las lluvias couvierten con frecuencia en devastadores.
Los estrechos y feraces valles
se hallan frecuentemente interrumpidos por