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De la mezcla de las quince castas descritas
salen palomas llamadas firmes, vistosas por
la variedad y desorden de sus colores.
Orden cuarto. Carácter: Alas cbn fajas tí
ojos cercados de uua membrana encarnada,
sin parecerse á las precedentes.
Casta í. a
Gris.—Cuerpo ceniciento, manto
goteado y fajas bayas.
2. a
Goteada.—Cuerpo ceniciento, manto
con gotas, fajas de las alas y punta de la cola
negras.
3. a
Prieta ó cargada.—Cuerpo casi negro,
por la multitud de gotas sobre fondo ceniciento;
fajas de las alas y punta de la cola
negras.
4. a
Nevada. — Cuerpo ceniciento, manto
nevado, y pecho, cabeza y cuello verdoso
brillante.
5. a
Azul de'la raza.—Cuerpo ceniciento
azul; fajas de las alas y punta de la cola
negras.
6. a
Ladrona ó palom.a de casta.—Pico
corto, tubérculos de la mandíbula superior
muy abultados, y ojos sin membranas circulares.
7. a
Buchona.— Cuyo buche se hincha hasta
abultar tanto como su cuerpo.
8. a
Volteadora ó refiladora.—-La que al
volar da muchas vueltas, bajando perpendicularmente.
9. a
Flamenquilla. — Ojos cercados de una
membrana encarnada, tubérculos abultados y
pico corto.
CLASE SEGUNDA.—Carácter: Vuelo corto y
á veces difícil.
Orden primero.
ño y vuelo difícil.
Carácter: Cuerpo peque­
Casta 1. a
Rizada.—Plumas rizadas.
2. a
Colipava ó de rueda.—Cola de ocho ó
más pares de plumas, hasta diez y ocho pares.
Orden segundo. Carácter: Cuerpo más
grande y pesado, y vuelo corto.
Casta 1. a
Flamenca. — Ojos cercados de
una membrana colorada y tubérculos abultados.
2. a
Paloma común grande.—Ojos desnu­
dos y pico largo.
Orden tercero. Carácter: Cuerpo mediano
y vuelo más firme que las antecedentes.
Casta 1. a
Paloma común calzada.—Piernas
cubiertas de plumas hasta los dedos.
2. a
Paloma común.—Piernas desnudas.
«Las palomas coutenidas en el sistema precedente,
dice el autor á que nos hemos referido,
corresponden á la primera división de
Linneo, que comprende las que tienen iguaigs
las plumas de la cola. La primera clase
ofreírfi mayor número de castas bien caracterizadas
, porque los aficionados se han esmerado
en conserWlas puras, sin permitir que
se mezclen, á pes&r de la inclinación mutua
de las mismas palomas, y aunque á veces logran
menor número de pichones, miran como
recompensa el haber cencido dificultades para
conseguir algunos con todos los caracteres de
¡a hermosura de su casta. Los que solamente
buscan fecundidad en las palomas, mirarán
con indiferencia los esfuerzos que otros hacen
para poseer animales preciosos, y conservar
y perpetuar las bellezas de la naturaleza; pero
los que deseen conocer las producciones naturales,
alabarán siempre el entusiasmo y constancia
de los que, menos interesados, saben
apreciarlas, y se disputan la gloria de poseer
dechados de hermosura en cada ramo.»
No todas las palomas dan los mismos productos;
las grandes, según Buffon, tienen la
ventaja de ser más fecundas, más substanciosas
y de más delicado sabor; mas en cambio,
como productos que son artificiales y degenerados
de la primitiva especie, han perdido
otra de sns cualidades esenciales; tal es el deseo
de la libertad; no se apartan de los alrededores
de su pajarera, eu la cual es preciso
alimentarlas todo el año, pues ui aun el apetito
más vivo las mueve á ir á buscar su subsistencia
á otra parte. Esta especie sale muy
cara, y tampoco conviene en la granja. Déla
unión de esta variedad con la pequeña ó voladora
ha nacido una mixta que conceptuamos
debe ser la preferida bajo todos los conceptos.
Es casi tan fecunda como la grande, y no es
tan fugitiva como la pequeña, si bien sigue
todos los alrededores de las quintas, donde
encuentra las semillas que la alimentan.
DEL PALOMAR.— Se prefiere para su construcción
la forma circular, que facilita la instalación
y la vigilancia de los nidos, presentando
al mismo tiempo obstáculo á la invasión
de las ratas, garduñas, etc. Para garantir mejor
el palomar de estos animales se acostumbra
establecer alrededor del muro exterior
una cornisa ó galería que sobresalga 25 centímetros.
Para albergar 300 pares se deberá construir
un palomar de 7 metros de diámetro interior
y 70 á 80 centímetros de espesor las
paredes, y de 7 metros de altura. Deberá
construirse el muro con buenos ladrillos y
mortero de cal y arena. Levantado sobre un
piso seco, bien pavimentado con buena arcilla,
arena gruesa y despojos de heno, que se
apisonarán bien, se tendrá el esmero en tenerlo
siempre bien enlucido con yeso en el
interior, y sin ningún agujero ni grieta. Es
aún mejor establecer el suelo con uua espesa
capa de arena fina y de carbón molido, que
las ratas no agujerean, y vestir con baldosas
bien unidas la superficie.
Se consideran indispensables tres nidos para
cada dos pares, ó un tercio más que el número
de pares que habitan el palomar, á causa
de la renovación de posturas, que se suceden
antes que los pichones de la precedente incubación
estén suficientemente robustos para
dejar el nido. Entre las infinitas formas que
afectan los nidos y las variadas materias que
los constituyen, el más económico es de mimbre
(figura 69), especie de cesta aovada y escotada
en un extremo, cuyas aletas se sujetan
con un travesano de madera, que al paso que
sostienen siempre la misma separacióu, sirve