é 3 - citaREA

POZ — 432 — POZ
"bajar hasta la profundidad que se desee, sin
peligros para los poceros, y sin entibaciones
y acodalados; el descenso del guarnecido ha
de practicarse con gran cuidado é igualdad,
para evitar quebrantaduras en el revestido
que podrían producirse si la bajada no fuese
igual y uniforme; este procedimiento tiene
además la ventaja de ser más breve, puesto
que pueden los poceros estar haciendo la excavación
en la parte inferior, y los albañiles
en la superior construyen el guarnecido simultáneamente;
el diámetro debe ser lo suficientemente
grande para que puedan los poceros
que hacen la excavación, trabajar con
algún desahogo; así es que el pozo debe tener
por lo menos metro y medio de diámetro después
de revestido.
Cuando un pozo ha llegado á cierta profundidad,
los operarios que trabajan dentro
de él se encuentran molestados por un aire
pesado, desagradable y nocivo para la salud;
Figura 189;
esto es debido á que el ácido carbónico producido
por la respiración y por la combustión
de las luces necesarias á cierta profundidad,
es más pesado que el aire natural, y permanece
inmóvil en el fondo del pozo. Para remediar
este inconveniente se suele bajar un
cubo con lechada de cal recién apagada, la
cual absorbe el ácido carbónico; esto no siempre
es suficiente, y lo mejor para renovar el
aire en un pozo ó galería subterránea es colocar
uu fuelle de fragua en la, parte superior
-del pozo, y hacer bajar el aire fresco inyectado
por el fuelle hasta el fondo por medio de
una tubería de plomo ó cinc que tenga 5 centímetros
de diámetro; la infección del aire
tiene por objeto, no sóio renovar el oxígeno y
hacer respirable la atmósfera del fondo del
pozo, sino refrescarla, porque á cierta profundidad
la temperatura ambiente aumenta
•de tal modo que se hace insoportable.
Pozo artesiano.—La forma de los pozos artesianos,
su profundidad y su manera de producir
el agua no tiene nada de común, con
lo que se observa en los pozos ordinarios; este
nombre se aplica á unos agujeros de sonda
practicados en el terreno, de unos 15 á 20
centímetros de diámetro, y que cortan en
sentido vertical las diferentes capas del subsuelo
hasta encontrar una permeable que contenga
una corriente de agua con presión bastante
para elevarse por el agujero practicado
hasta salir á la superficie exterior.
Ya en el tomo VI, al ocuparnos de los manantiales,
hemos indicado lo que se entiende
por corrientes forzadas, que vamos á desarrollar
en este lugar.
Supongamos (figura 189) un terreno que
presenta varias ondulaciones y depresiones o
n p m d c b, formando valles y crestas en un
terreno montañoso; las elevaciones o p dy b
están constituidas por terrenos compactos
que forman capas impermeables, y entre ellas
se encuentran interpuestas otras capas de terrenos
arenosos permeables que forman los
valles n m c; estas capas así dispuestas alternativamente,
después
de constituir las estribaciones
de un país
montañoso, siguen
una dirección inclinada,
y acaban por
formar una llanura
más baja que la montaña
de que proceden,
conservando en su
estratificación la misma
disposición que
tienen en su afloramiento.
Las aguas atmosféricas,
al caer en latierra,
llenan los valles
n m c, y se filtran
por las capas permeables,
siguiendo la dirección
de éstas; pero
como el terreno va bajando y las capas superiores
é inferiores son impermeables,,resultai
que el agua se ve forzada á seguir una corriente
determinada por las capas permeables,,
como si fuese conducida por una cañería, con
una velocidad dependiente de la presión ócarga
que corresponda al desnivel ó altura de
los valles, donde el agua entra en las capas
permeables, teniendo, sin embargo, en cuenta
las resistencias que deben presentar á la corriente
los cambios de dirección y los rozamientos
ocasionados por los conductos estrechos
é irregulares que forman la capa permeable.
Si en el centro del valle ó llanura a perforamos
un pozo de sondeo que taladre el sueloen
sentido vertical, nada notable ocurrirá,
mientras nos encontremos en el terreno superficial
o de acarreo; al llegar á la capa impermeable
b es posible que encontremos algunas
aguas procedentes de las filtraciones del
terreno superior, que son las que constituyen
la alimentación de los pozos ordinarios de
que antes nos hemos ocupado, y se designan