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RÍE — 637 — RÍE<br />

Es necesario devolver á la tierra la riqueza<br />

perdida, y conservar los campos en estado de<br />

fertilidad, pues sin esto disminuye la producción<br />

rápidamente, llegándose á la esterilidad.<br />

En la actualidad, y mientras los abonos<br />

minerales no se fabriquen con más economía<br />

y se abaraten los transportes, serán los abonos<br />

ordinarios ó de establo los empleados más<br />

generalmente; pero un terreno de regadío exige<br />

un abono abundante cada dos años por lo<br />

menos, en el cual se emplean de 30 á 40<br />

toneladas por hectárea de esti<strong>é</strong>rcol ó abono<br />

de establo, al paso que los campos de secano,<br />

ó no se abonan, limitándose á meteorizar la<br />

capa vegetal con las labores sucesivas, y adoptando<br />

el cultivo de año y vez, ó se abonan<br />

ligeramente y á largos plazos. .<br />

Una larga experiencia y una observación<br />

constante nos permiten afirmar que las vegas<br />

de riego exigen ocho ó diez veces más esti<strong>é</strong>rcol<br />

que los secanos, y como este elemento no<br />

existe, en los primeros tiempos al menos, es<br />

necesario crearle, y para ello se recurre al<br />

fomento de la ganadería, dedicando á pastos<br />

parte de los terrenos. Esto equivale á cambiar<br />

repentinamente las costumbres y hábitos agrícolas,<br />

y exige cuantiosos desembolsos al labrador,<br />

que apenas puede sobrellevar sus<br />

infinitas cargas.<br />

Por otra parte, la tierra que va á recibir el<br />

beneficio del riego tiene que ser preparada de<br />

antemano, dividi<strong>é</strong>ndola en parcelas pequeñas,<br />

horizontales ó ligeramente inclinadas, y siempre<br />

en forma regular, para que el agua cubra<br />

toda la superficie y no marche con velocidad<br />

excesiva. Sin esta preparación, el agua no<br />

puede filtrarse en el terreno, y unas partes<br />

de <strong>é</strong>l. se empapan demasiado, mientras otras<br />

se quedan sin agua, dando lugar á que en las<br />

primeras se pudran las plantas por el encharcamiento,<br />

y en las segundas se agosten y<br />

sequen por faita de humedad; esto sin contar<br />

con la perniciosa influencia que las aguas encharcadas<br />

ejercen en la salud pública.<br />

Ocurre frecuentemente que, al nivelar ó<br />

preparar el terreno para recibir los riegos,<br />

la tierra arrancada en los puntos altos del<br />

campo es precisamente la productiva; si la<br />

transportamos á otro sitio, aparece el subsuelo,<br />

y sobreviene en aquel sitio la esterilidad<br />

mientras las labores, abonos y meteorización<br />

ño crean una nueva capa vegetal, apta para la<br />

alimentación y desarrollo de las plantas. En<br />

las partes bajas, donde se ha rellenado el suelo<br />

con la tierra vegetal y productiva arrancada,<br />

parece natural que la vegetación y producto<br />

sea mayor; pero tampoco esto sucede, porque<br />

al dar los riegos las tierras removidas producen<br />

hundimientos, que dan lugar á encharcamientos<br />

que hay que corregir con nuevos<br />

rellenos hasta que el terreno hace su definitivo<br />

asiento.<br />

El resultado práctico de todo esto es que<br />

el labrador que para hacer regables sus tierras<br />

ha verificado considerables desembolsos en<br />

excavaciones, abonos, aperos, etc., se encuen­<br />

tra en los primeros años con una verdadera<br />

decepción, precisamente cuando los resultados<br />

debieran alentarle en su trabajo; es preciso,<br />

pues, no desmayar, á pesar de los inconvenientes<br />

que á primera vista se presenten,<br />

en la seguridad de que, vencidos los primeros<br />

contratiempos, los resultados son seguros en<br />

el porvenir.<br />

Hemos visto la acción que el agua ejerce<br />

sobre el organismo vegetal, pero esta acciónestá<br />

siempre subordinada á las sales y substancias<br />

que lleva disueltas. El agua no existepura<br />

en la naturaleza; al correr por las capasdel<br />

terreno disuelve algunas de las substancias<br />

minerales que encuentra; estas substancias<br />

son generalmente cal, magnesia, álcalis,<br />

alúmina y hierro, combinadas en forma de<br />

sales con los ácidos carbónico, sulfúrico, clorhídrico,<br />

nítrico y silícico, y casi todas ellas<br />

entran como principio nutritivo en la formación<br />

de las plantas, demostrándose su presencia<br />

en ellas por el análisis de las cenizas<br />

de los vegetales.<br />

Por los diferentes análisis practicados en<br />

las aguas de los ríos y cauces dedicados á lo»<br />

riegos, se ha llegado al conocimiento de lasi<br />

sales que más dominan en su disolución; <strong>é</strong>stas<br />

son los carbonatos de cal, mantenidos por el<br />

exceso de ácido carbónico; los carbonatos de<br />

magnesia; los sulfatos de cal, sosa y magnesia,<br />

y los cloruros de las mismas bases. Al<br />

ocuparnos de la hidrotimetría, explicamos el<br />

sencillo procedimiento que puede emplearse<br />

para determinar las cantidades de sales contenidas<br />

en el agua; este conocimiento tiene;<br />

importancia, por la gran influencia que ejercen<br />

en la vegetación dichas sales, constituyendo<br />

principios nutritivos de que suele carecer<br />

á veces el terreno regable, por lo queras<br />

aguas en estas circunstancias pueden representar<br />

la acción de un abono, cediendo al<<br />

suelo las substancias de que carece, y modificando<br />

su constitución.<br />

Las aguas suelen llevar además en suspensión<br />

materias sólidas más ó menos divididas,<br />

arrastradas en su curso por la acción erosiva<br />

que ejercen en los terrenos superiores; la<br />

cantidad y naturaleza de estas materias son<br />

muy variables, pero las clasificaremos en dosespecies:<br />

las rocas, cantos rodados y arenas<br />

que se van depositando á medida que dismi<br />

nuye la velocidad de la corriente, y los l<strong>é</strong>gamos,<br />

tarquines y materias orgánicas que enturbian<br />

las aguas en los valles inferiores de<br />

poca pendiente; estos últimos son los que<br />

interesan especialmente á la agricultura, por<br />

la gran cantidad de nitrógeno que contienen<br />

las materias arrastradas, las cuales, al depositarse<br />

sobre los terrenos regables, constituyen<br />

un excelente abono.<br />

Es de gran importancia el conocimiento de<br />

la cantidad de limos que llevan las aguas de<br />

los ríos en <strong>é</strong>pocas ó circunstancias determinadas,<br />

porque es el dato esencial necesario en<br />

los casos en que es indispensable modificar la.<br />

composición del terreno y elevar su nivel ^

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