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de corriente forzada; admitida esta suposición,
si se introduce en el suelo un tubo basta llegar
á la capa en que se encuentra la corriente
de agua, y se coloca en la extremidad superior
de este tubo uua bomba que produzca aspiración,
el agua se elevará en el tubo y será
extraída por la bomba á causa de la presión
atmosférica ejercida sobre ella á través del terreno;
estos pozos no podrán, por lo tanto, alcanzar
una profundidad mayor de 10 metros,
que es la altura equivalente á la presión atmosférica,
como ya hemos manifestado al
ocuparnos de las bombas aspirantes.
El aparato es sumamente sencillo, y consiste
en unos tubos de hierro A (figura 202), de
A
Figura 202.—Pozo instantáneo
2,50 á 3 metros de largo y 3 á 5 centímetros
de grueso. Estos tubos pueden empalmarse
unos á otros por medio de enchufe de tornillo,
y uno de ellos termina por su parte inferior
en una punta de acero templado, de aristas
vivas; lleva además este tubo una serie de
pequeños agujeros en una longitud de 60 centímetros
cerca de la punta de acero, por los
cuales penetra el agua en él cuando ha llegado
á la capa permeable.
Este tubo se clava en el terreno golpeando
sobre él con una machina de hincar pilotes,
como se representa en B (figura 202), ó con
mazos más ó menos grandes, según la resistencia
que ponga el suelo; para que los golpes
no deterioren el tubo, se le atornilla en el
extremo sometido á la acción de la maza, un
casquillo ó virola que recibe los golpes; cuando
se ha introducido en toda su longitud, se
quita el casquillo y se atornilla otro tubo, al
que se le coloca la virola para dar golpes sobre
su cabeza, como se hizo con el anterior.
De tiempo en tiempo, y á medida que va
descendiendo el tubo en el terreno, se introduce
dentro de él una sonda para apreciar si se
ha llegado á la vena de agua; cuando esto ha
sucedido, se coloca sobre el extremo exterior
del tubo una bomba, en la forma que se indica
en C (figura 202), haciéndola obrar por
aspiración dentro del tubo en el que se eleva
el agua, que puede ser extraída de este modo.
Como hemos ya dicho, este procedimiento
sólo será aplicable cuando el agua se encuentre
á determinadas profundidades, y el terreno
reúna condiciones á propósito para la hinca
de los tubos, ofreciendo en compensación
la ventaja de su fácil transporte é instalación.
Se han ideado varios modelos modificando
el aparato primitivo, en los cuales el mismo
aparato sirve de machina ó martinete para su
hincado. Ocurre que por estar largo tiempo
sin funcionar, ó por cualquier otra causa, se
atasca de lodo la parte inferior del tubo de
aspiración y obstruye la entrada del agua; para
limpiar esta obstrucción se desatornilla la
bomba y se sustituye por un embudo, en el
cual se vierte agua hasta llegar al tubo, agitando
el sedimento con una varilla hasta que
se diluya en el agua; se introduce después
otro tubo de menor diámetro dentro del tubo
clavado, y se coloca la bomba empalmada en
su extremo, haciéndola funcionar de modo que
extraiga el agua turbia que contiene el tubo,
la cual se va reemplazando con agua clara,
hasta que la bomba sólo saque agua limpia
como la que se introduce.
Esta clase de pozos son de uso muy frecuente
en los parques y jardines de las casas
de recreo en Inglaterra, y en otros paises eu
que la constitución geológica del terreno se
presta á su instalación.
En la guerra de Abisinia prestaron también
grandes y excelentes resultados en la obtención
de aguas para el abastecimiento del
ejército inglés.
M. G. L.
PRÁCTICA.— Término que se emplea
con mucha frecuencia y cuyo sentido no todos
entienden. Así se suele decir, por ejemplo,
que la agricultura es uua ciencia práctica
para abogar por la ignorancia y la rutina.
Precisamente es absurdo pretender que sea
agricultor práctico el hombre que no sabe
leer ni escribir, y que ignora los más elementales
rudimentos del arte de cultivar; ese solamente
es capaz de desempeñar el modesto
papel de trabajador y obrero. La práctica no
se reduce simplemente á arar, sembrar, cavar,
como podría hacerlo una máquina; para
ser práctico es necesario conocer la importancia
ó influencia de las operaciones agrícolas,
y saber explicarlas y dirigir su ejecución.
La palabra práctica significa aplicacióu de los
preceptos formulados por una cieucia, cómo
por ejemplo, el derecho, la medicina, etc. No
de otra manera debe ser entendida la práctica
de la agricultura. Toda práctica que no
esté ilustrada por conocimientos y principios
científicos, no es tal práctica; es un trabajo ru^
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