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breros, como hemos indicado en el anterior
tipo de presas; eu su parte inferior, y por debajo
del nivel primitivo del terreno, representado
por una línea fuerte de trazos, se coloca
otra serie de travesanos que enlacen los
tirantes, formando una completa trabazón en
el conjunto; aguas arriba y aguas abajo de
los pilotes a a, que formarán el cajón principal
del cuerpo de la presa, se clavan otras
series de pilotea C y D, reunidos entre sí por
gus sombreros y travesanos; la corona de la
presa, formada por el sombrero A, está reforzada
además por dos filas de tirantes, una
aguas arriba y otra aguas abajo, que enlazan
la fila de pilotes a por sus cabezas. Formado
el encajonado y emparrillado de madera como
hemos indicado, se limpian bien los fangos y
tierras que haya dentro del emparrillado, y se
van rellenando los espacios con piedra de
manipostería en seco, bien colocada y enripiada,
hasta ir dando la forma que se indica
•en la figura, procurando que á medida que se
Va elevando.la obra, se vayan colocando las
piedras más gruesas y menos fáciles de arras-
Figura 215
írar por la accióu de las aguas, de tal modo
que su cara exterior ó superficie expuesta á la
.-acción directa de las corrientes presente una
tsuperñcie lo más lisa y unida que sea posible.
La madera que se emplee en esta clase de
•obras debe ser de la mejor calidad, bien resinosa,
y á ser posible inyectada con algunos
de los preservativos, tales como el sulfato de
cobre y cloruro de cinc, creosota ó cualquiera
otro de los empleados en la conservación
y preparación de traviesas para ferrocarriles,
y cuando esto no sea posible, puede
darse á éstas maderas, ya preparadas y cortadas
para su empleo, una mano de alquitrán,
producto residuo de la fabricación del
gas, que es materia de fácil y económica adquisición.
Las presas construidas por este procedimiento
suelen dejar pasar el agua á través de
;Bu masa durante algunos meses, pero los limos
arrastrados por el agua y la vegetación
•que espontáneamente se desarrolla entre las
piedras, sirven de mástic ó betún que las
hace perfectamente impermeables.
Tanto la cara interior como la exterior de
estas presas puede formarse por gradines ó
escalones en vez de planos inclinados; pero
estos últimos facilitan mejor y con menos choque
la salida del agua, que baja de este modo
con menos violencia al fondo del r-ío, y evita,
por lo tanto, la formación de socavones y
cambios de dirección en las corrientes.
Estas presas deben asegurarse en las orillas
ó márgeues del río con obras sólidamente
construidas, de madera ó fábrica, según la
índole y calidad de las márgenes.
Las presas pueden ser también, como ya
hemos dicho, de obra de fábrica; las más
sencillas de esta clase consisten en un fuerte
muro, cuya cara superior está inclinada desde
la vertiente hacia afuera. Esta cara debe
formarse con sillares de grandes dimensiones,
bien labrados, y sentados de modo que se sostengan
entre sí, afianzándose con grapas de
hierro emplomadas. El interior de la presa se
forma con una capa en talud de piedra de
manipostería, y los cimientos consisten en
una buena capa de hormigón hidráulico.
Cuando la presa haya de ser de alguna importancia,
se ejecuta toda ella de fábrica y sillería;
al efecto se empieza
por elegir el sitio de emplazamiento
con gran cuidado,
por las razones que al ocuparnos
de las presas eu general
hemos indicado; si el
terreno que forma el lecho
del río es de roca, se abre la
caja de fundación sobre la
que se han de construir los
cimientos; pero si no se logra
encontrar terreno firme,
es necesario fundar sobre un
sistema de pilotaje que comunique
al terreno la suficiente
solidez.
Los pilotes son generalmente de madera,
con una punta de hierro llamada azuche en el
extremo, que se introduce en el suelo; en la
cabeza ó extremo sobre el que reciben los golpes
de la maza de la machina, llevan un anillo
ó virola que impide que se rajen al golpear.
Estos pilotes se van clavando formando
filas más ó menos inmediatas, según la dureza
del terreno, y se golpea sobre sus cabezas
hasta que la maza rebote sin hacerlos bajar
nada; cuando todos los pilotes están clavados
en esta forma, se cortan sus cabezas de modo
que queden todas formando un plano hori-
• zonta!, y sobre estas cabezas se construye un
emparrillado con maderos que las enlacen entre
sí, formando un encajonado; los espacios
que resultan hasta enrasar con los maderos
del emparrillado se rellenan de hormigón hecho
con cal hidráulica, y cuando está todo enrasado,
se sujetan sobre el emparrillado unos
tablones que den más trabazón al maderaje;
todas estas maderas que hemos dicho, deben
estar inyectadas con sales que eviten la putrefacción
ó descomposición, y con una fuerte
mano de brea ó alquitrán del gas que antes
hemos citado.