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Preciosa en sumo grado es tal aptitud, que
en la actualidad, gracias al sistema de selección,
se ha hecho hereditaria en algunas razas,
y fijado de un modo notable en la descendencia;
por ella algunos animales fabrican
un kilogramo de peso vivo, por ejemplo, con
12 kilogramos de heno ó su equivalencia, en
tanto que otros cousumen para un resultado
igual 25 kilogramos ó más de igual alimento;
gracias á ella también , ciertas razas lecheras
producen 54 litros de leche por 100 kilogramos
de heno ó su equivalente, mientras que
otras, con esa cantidad de comida, no producen
sino 25 ó 30 litros, y aun menos de ese
líquido.
La asimilación de la comida resulta de la
acción molecular que se efectúa en la trama de
los tejidos, á causa de la cual todo ser organizado
transforma en su propia substancia las
materias de que se alimenta, por las cuales se
conserva, renueva, y aumenta su volumen y
su peso, y á causa de lo cual también se produce
la fuerza, la leche, la lana, etc. Esta
acción supone necesariamente, en el seno del
organismo animal, una serie de alteraciones
preparatorias sufridas por todas las substancias
que concurren á este resultado, y tiene
por instrumentos las importantes funciones
llamadas digestión, absorción, respiración y
hematosis.
La asimilación está en razón directa de la
rapidez con que la sangre circula, y la sangre
circula tanto más rápidamente en los órganos,
cuanto más joven es el animal. Por
eso el poder de asimilación tiene mayor actividad
y produce mayor efecto en la edad más
próxima al nacimiento. El poder de asimilación
disminuye con la edad desde la época en
que terminó el crecimiento. Además, la rapidez
de la circulación está en razón directa de
la corpulencia de los animales, de lo cual resulta
que la facultad asimiladora es más rápida
y efectiva en el animal cuando es pequeño
que cuando es grande.
Algunos piensan que la precocidad perjudica
á la vitalidad de los animales, y en consecuencia,
juzgan que la aptitud es poco económica.
Es un error. Cierto es que la adquieren
k fuerza de cuidado y de buena alimentación,
y que se hacen más delicados; es cierto también
que la pérdida de la rusticidad de las
razas es otro inconveniente; pero compensados
quedan éstos con las grandes ventajas
obtenidas. Gracias á la precocidad, teniendo
igual número de animales, se obtiene doble
cantidad de carne, se renueva dos veces el
mismo capital, y se obtiene de él doble beneficio.
La especie caballar ha adquirido, como la
vacuna de engorde, la precocidad por los
mismos medios: con el alimento abundante y
nutritivo; con caballerizas sanas, en las cuales
se respira siempre un aire puro, y con un
ejercicio proporcionado á la edad. Criado de
este modo el caballo, su esqueleto adquiere
solidez y energía su sistema muscular, cuyas
cualidades son trasmitidas por los reproductores
á la descendencia.
Sin duda alguna la precocidad es costosa,
pues para alcanzarla es preciso hacer gastos
superiores á los que requiere el animal criado
en estado salvaje, pero la utilidad alcanzada
es mucho mayor en definitiva. Si el argumento
teórico no bastase á convencer de ello á
los ganaderos españoles, que los persuada el
resultado, y el resultado es que, mientras
aquí la cría de animales es en la actualidad
ruinosa, en los paises más adelantados no deja
de producir beneficios. ¿Cómo es posible que
un ganadero gane con una yeguada, por ejemplo,
cuyos productos no se hallan en disposición
de trabajar hasta los cuatro años, siendo
así que le es preciso hacer considerables gastos
durante ese tiempo para sostenerlos, con
riesgo por otra parte de que se le inutilicen
ó perezcan?
Nos parece ahora oportuno dar á conocer
los ensayos hechos para esclarecer de modo
matemático este importantísimo asunto.
De los practicados en Hohenheim con bueyes
de la raza Simmeutbal resulta lo siguiente:
los de un año, alimentados á razón de 4
por 100 de su peso, adquirieron un kilogramo
de desarrollo por kilogramos 12,590 de
heno; los de dos años necesitaron para el aumento
del kilogramo, 16 kilogramos, 325 milésimas
de heno. Los de tres años, alimentados
á razón de 2,80 por 100 de su peso, sólo
aumentaron un kilogramo con 26 kilogramos
de heno.
Los mismos efectos se han obtenido en el
ganado lanar. (Véase.)
Respecto al ganado de cerda, M. Sarat, en
la Peltrié, Loiret, ha visto confirmada la
doctrina expuesta practicando varias experiencias.
Con comida igual, según ellos, cerdos
de la raza tardía del Poitou , necesitaban
cuatrocientos dos días para llegar al peso de
100 kilogramos en vivo, en tanto que la raza
precoz de Hampshire llegaba á ese peso á los
ciento diez y siete días.
M. de la Tullaye, en la Mayenne, ha practicado
un ensayo no menos instructivo, pues
se refiere al coste de producción. Un kilogramo
de peso vivo, de los cerdos de la raza tardía
kraonesa, le costó un franco 54 céntimos;
y sólo 39 céntimos el kilogramo de peso vivo
en los cerdos de la raza precoz New-Leicester.
En vista de lo expuesto, entre otros muchos
ensayos de que podríamos dar cuenta,
bien comprenderá la clase ganadera el motivo
poderoso que tenemos para pedir constantemente
la reforma pecuaria. Nosotros estamos
persuadidos de que sólo con ella puede salvarse
la ganadería. No se atribuya únicamente
su desgracia al exceso de los tributos, á la
carestía de los pastos y á las exigencias crecientes
de los pastores, y esta opinión la hemos
emitido varias veces. Aunque la contribución
se rebaje, y aunque se abaraten los
pastos, su suerte será desdichada si no procura,
haciendo precoces las razas, con el mismo