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Respecto de los carneros, el rendimiento
•es el siguiente, según su conformación, el
estado de carnes, edad y régimen:
El carnero de consumo, con un peso en
vivo, da como rendimiento en carne de 55 á
60 por 100; en sebo, de 8 á 16; en piel, de 4 á
5; eu despojos, de 2 á 3, y en mermas, de 16
á 29.
El carnero de comercio, con un peso en
vivo, da como rendimiento en carne de 50 á
55 por 100; en sebo, de 4 á 8; en piel, de 5 á
7; en despojos, de 3 á 4, y en mermas, de 29
á 35.
El carnero medio gordo, con un peso en
vivo, da como rendimiento en carne de 45 á
50 por 100; en sebo, de 2 á 4; en piel, de 6 á
8; en despojos, de 3 á 4, y en mermas, de 37
á41.
Respecto de los cerdos puede establecerse
un rendimiento medio como sigue:
El cerdo fino gordo de consumo, con un
peso en vivo, rinde en carne de 65 á 72 por
100; en desechos, de 10 á 12; en sangre, de
3 á 4, y en mermas, de 13 á 21.
El cerdo gordo del comercio, con un peso
en vivo, rinde en carne de 60 á 65 por 100;
en desechos, de 5 á 8; en sangre, de 2 á 3, y
en mermas, de 22 á 25.
El cerdo medio gordo, con un peso en vivo,
rinde en carne de 55 á 60 por 100; en desechos,
de 2 á 5; en sangre, de 2 á 3, y en
rmermas, de 33 á 40.
Estos apuntes respecto de los animales los
hemos puesto, porque verdaderamente son
los que marcan su rendimiento, sin embargo
que en los detalles de su cuenta de producción
en metálico, deben encontrarse como antecedentes
de la cuenta formada al efecto.
J. de Hidalgo Tablada.
RENGÍFERO (Cenmstarandus, deL.).—
El rengífero habita las localidades más frías
«de los dos continentes. Eu América abundan,
en particular en Terranova, en que se dice
existen en gran número en la parte occidental
de la isla. Los americanos los llaman cariboas.
En el Norte de Europa, en la Laponia,
•está domesticado, y los habitantes los tienen
en numerosos rebaños, que se dirigen como
nuestras vacadas, llevándolos á los pastos de
las montañas en el verano y á las llanuras en
el invierno. Por muy pobre que sea un lapón,
posee cinco ó seis animales de esa clase; los
grandes propietarios tieneu rebaños hasta de
1.000 cabezas. Los machos se castran, dejando
enteros uno por cada diez hembras; también
-sueltan los labriegos estas en los montes para
-que las cubran los machos salvajes, y las crías
son más fuertes y estimadas.
El rengífero es de una utilidad inmensa á
los pueblos del Norte, que viven la mitad del
año envueltos entre hielos; les sirven de bestias
de carga y tiro. Enganchados los rengíferos
en los trineos, los arrastran con gran velocidad
y los conducen á largas distancias; fuertes
y dóciles cuando son bien tratados, en caso
^contrario, en un acceso de cólera maltratan al
conductor. Además del trabajo, produce la
hembra un litro de leche de excelente calidad,
que reemplaza en todos sus usos la de
vaca; la carne es muy buena y de fácil digestión
; la piel sirve para vestidos y otros usos;
el pelo se emplea también, y aplicando todas
las partes del cuerpo, de los cuernos y huesos
se hacen varios utensilios, y de los tendones,
cuerdas.
La riqueza de un lapón se calcula por el
número de rengíferos que posee. En las montañas
es fácil mantenerlos; buscan los alimentos
escarbando la nieve, aunque sea á muchos
centímetros de profundidad; su alimento consiste
en liquen, musgo, y cuando éste falta, la
corteza de los árboles, los tallos y cuanto hay
en los matorrales. Cuando se tienen en el establo
se alimentan, como los demás rumiantes,
con los productos de la localidad.
El celo y cubrición tiene lugar en Noviembre
y Diciembre; el macho pierde los cuernos,
la hembra los conserva; pone en Mayo
ordinariamente dos individuos, que cuida con
cariño. Su tamaño es el natural de los ciervos,
pero de extremidades fuertes y de gran
vigor.
J. de Hidalgo Tablada.
RENTA, RENTERO (Economía agrícola
).—Todos los economistas están contestes
en que la renta de la tierra es la parte del
producto que el dueño recibe por dar á otro
(el rentero) el derecho de usar la fertilidad
del suelo. Nosotros admitimos esto en principio,
sin distinguir entre el que da la tierra en
arrendamiento para que la exploten, pagándole
en frutos ó en dinero, y el que, siendo suya,
la usa por sí mismo, pues en ambos casos en
el valor de la tierra tiene que haber un interés,
que es el que se denomina renta. Pero ésta, en
teoría, no es lo que tiene lugar en la práctica,
pues en ésta el rentero hace suya parte del
producto líquido que da la tierra, y esa parte
es mayor ó menor según que el número de
renteros solicitan las tierras, y sus productos
tienen más ó menos valor. El propietario que
lleva por sí sus tierras recibe la renta íntegra.
La renta de la tierra se divide en dos partes,
según nuestro criterio, como resultado
del examen de la práctica:
1." Renta del suelo por sus cualidades
permanentes.
2. a
Renta del capital de mejoras del sue­
lo, que terminan á cierto tiempo.
Esta división es tan natural que, suponiendo
que se adquiera una tierra, y que se emplee
un capital que le aumenta su fertilidad,
por ejemplo, haciéndola de riego de pie, en
este caso, unidas las dos sumas de adquisición
y mejora, la renta pertenece al primer caso;
en igual circunstancia está cualquier mejora
que sea permanente, y cuyos gastos puedan
sumarse al valor de la renta por su permanencia.
Pero si se gasta una cantidad en echar á la
tierra margas, cal ú otras enmiendas cuyos
efectos se sabe duran un tiempo limitado, es