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ñas dé la antigua Normandía, comarca generalmente
feraz, y en que realmente viven
diversas razas de ganado vacuno. Las principales,
á las cuales se aplica especialmente el
calificativo de normandas, se crían en los departamentos
de la Mancha y Calvados, y se
distinguen con los nombres de raza cotenlina
y raza augerona. La primera, cuyo origen es
desconocido, suministra excelentes reses de
matadero y vacas lecheras muy celebradas, y
se acomoda perfectamente al clima y á los
nutritivos pastos de la comarca. De gran alzada,
corpulentas y fuertes, esas reses han
surtido durante mucho tiempo casi exclusivamente
las carnicerías de París, y han sumi-
nistrado y suministran manteca excelente, no
faltando quien las utiliza para el trabajo antes
de ponerlas á cebo. Si bien la capa no tiene
un color fijo, predomina en ellas el bayo
claro ó bayo obscuro, con rayas obscuras ó negras
en sentido vertical, irregulares y bronceadas
hasta cierto punto. También las hay
que tienen manchas blancas. La alzada varía
tanto, que algunos escritores, fundándose en
las diferencias que ofrece, han tratado de establecer
dos tribus, la voluminosa, adecuada
para el matadero, y la pequeña, recomendada
especialmente para la producción de leche;
pero en realidad esas diferencias son debidas
exclusivamente á la diferencia de los pastos.
La alzada ordinaria de las vacas cotentinas
oscila entre 1,66 y 1,89. La cabeza (figura 21)
Figura 22.—Vaca normanda (variedad augerona)
es prolongada, de mediano grosor, algunas
veces crespa; la boca está muy hendida, como
en todas las reses muy comedoras; los cuernos,
dirigidos hacia adelante, son lisos, más
bien cortos que largos, ordinariamente inclinados
el uno hacia el otro. El cuerpo es largo
y de apariencia poco maciza, aun cuando el
vientre está por lo general muy desarrollado;
las extremidades cortas; el esqueleto voluminoso;
la línea superior muy ondulada, á causa
de los pronunciados salientes óseos, hundida
y abovedada, según los casos; el pecho es poco
amplio por punto general, y entonces el flanco
resulta desmesuradamente largo y hueco.
Las nalgas y todo el tercio posterior son es-
trechos generalmente, delgados y poco desenvueltos.
La piel es más bien gruesa que fina;
el desarrollo es lento y tardío, como en todas
las razas que viven en libertad.
La variedad augerona (figura 22), que vive
en el valle del Auge, es apta en primer lugar
para la producción de carne y de grasa, siendo
necesario cruzarla con reses holandesas de
vez en cuando, para mantener sus cualidades
lecheras. Hasta las vacas holandesas las pierden
con el tiempo en el mencionado valle,
desarrollándose notablemente y volviéndose
propias para el matadero. La variedad auge •
roña es de menor talla y menos pesada que la
cotentina; tiene el cuero más espeso, y más
gruesos los huesos; el vientre es menos voluminoso,
y los flancos más llenos; la cabeza más