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PAV — 259 — PAV<br />

ve esta terrible enfermedad no dando á los<br />

pavipollos otra bebida que agua en que se<br />

tenga herrumbre por algún tiempo. •<br />

D. Navarro Soler.<br />

PAVO REAL (Ave dom<strong>é</strong>sticaJ.—No hay<br />

ave que aventaje al pavo real en su majestuoso<br />

aspecto y en la belleza de su plumazón, que<br />

reúne al vivísimo colorido de las más hermosas<br />

flores, los relumbrantes reflejos, las irisaciones<br />

y los cambios de tintas de las piedras<br />

preciosas. Pero la hermosura, elegancia y riqueza<br />

de la plumazón que distingue al pavo<br />

real, se concreta únicamente al macho, pues<br />

la hembra, ni tiene larga la cola, ni ostenta las<br />

seductoras tintas que aqu<strong>é</strong>l.<br />

Aunque no tan útil como el pavo común,<br />

pues ni su carne ni sus huevos son apetitosos,<br />

debe embellecer el corral alguna pareja, á<br />

pesar.de su desagradable graznido y su propensión<br />

á maltratar á las demás aves, subirse<br />

á las tapias y tejados para estropearlos, y destruir<br />

las huertas y jardines.<br />

Cada pavo real necesita cinco ó seis pavas,<br />

pues si no cuenta con más de dos ó tres, las<br />

fatiga con actos demasiado repetidos, que determinan<br />

la expulsión de los huevos antes de<br />

haber tenido tiempo de formarse el cascarón.<br />

Los autores que se han ocupado de la crianza<br />

del pavo real están contestes en resumir ó<br />

copiar fielmente á Columela, á quien vamos<br />

nosotros tambi<strong>é</strong>n á seguir. La estancia de estas<br />

aves, dice, debe estar libre de humedad y<br />

provista de postes, en los que se fijarán perchas<br />

transversales, cuadradas y delgadas. Hasta<br />

la edad de tres años son impropias para la<br />

propagación de la especie; más jóvenes, son<br />

est<strong>é</strong>riles ó poco fecundas. Para que lleguen<br />

al complemento, conviene darles, á fin de invierno,<br />

una alimentación estimulante, con especialidad<br />

habas tostadas á fuego manso y<br />

calientes aún, cada cinco días. Si se reuniese<br />

cierto número de pavos reales, se les deberá<br />

racionar individualmente, y servirles la comida<br />

por separado, á fin de evitar riñas, porque<br />

se suelen encontrar entre ellos algunos muy<br />

fuertes y pendencieros que impedirían que<br />

comiesen los más d<strong>é</strong>biles.<br />

Cuando las pavas están en disposición de<br />

poner, se les encerrará en el gallinero, donde<br />

se procurará cubrir el suelo con gran cantidad<br />

de paja, para que no se rompan los huevos.<br />

Ordinariamente los ponen por la noche y los<br />

dejan caer desde lo alto de las perchas eu que<br />

se encaraman. Todas las mañanas se reconocerá<br />

cuidadosamente el gallinero para recoger<br />

los huevos caídos. Despu<strong>é</strong>s se deberán dar A<br />

las gallinas que han de incubarlos. Este m<strong>é</strong>todo<br />

de incubación es muy ventajoso, porque las<br />

pavas que no se encargan de incubar, ponen<br />

generalmente tres veces al año, mientras que'<br />

las incubadoras de esta especie pasan todo el<br />

tiempo de su fecundidad en cloquear, incubar<br />

y criar sus pavipollos. La primera postura es<br />

comúnmente de cinco huevos, la segunda de<br />

cuatro y la tercera de tres ó de dos. Los huevos<br />

son blancos, con pintitas, como los de la<br />

pava común. Dura la incubación de veintisiete<br />

á treinta días, en cuyo tiempo hay necesidad<br />

de aumentarle y mejorarle la comida, sin arrimarse<br />

á ella, pues es tan arisca y desconfiada<br />

que aborrece fácilmente los huevos y los abandona,<br />

empezando otra postura.<br />

Aunque se puede confiar á la pava real el<br />

cuidado de sus huevos, es más común, como<br />

hemos dicho, quitárselos y pon<strong>é</strong>rselos á una<br />

gallina, á la que se-le suelen colocar hasta 12<br />

ó 15; práctica bastante cómoda, que permite<br />

manejar mejor la gallina clueca que la pava.<br />

Cuando salen del cascarón los pavipollos se<br />

les deja veinticuatro horas debajo de la madre,<br />

sin darles alimento, suministrándoles al<br />

día siguiente harina de cebada amasada con<br />

vino, y despu<strong>é</strong>s trigo, previamente remojado;<br />

á los seis meses se hallan ya en disposición de<br />

comer cualquier grano y hierba, á cuya última<br />

son muy aficionados.<br />

Se ha observado que la pava real nunca va<br />

á echarse en los primeros días con sus hijos<br />

en el sitio en que ha incubado, ni aun dos veces<br />

eu el mismo punto. Como estas crías son<br />

tau delicadas, están expuestas á varios percances,<br />

por no poderse subir á los árboles;<br />

por está razón es preciso vigilar á la pava á<br />

la caída de la tarde, y espiar el sitio que ha<br />

elegido para poner á sus pavipollos eu seguridad.<br />

Estos no pueden servirse de las alas<br />

hasta que han adquirido alguna fuerza; la<br />

madre los coge todas las tardes, los coloca<br />

sobre el dorso y los lleva uno despu<strong>é</strong>s de otro<br />

á la rama en que deben pasar la noche. A la<br />

mañana siguiente salta delante "de ellos desde<br />

el árbol á tierra, y los acostumbra á que hagan<br />

lo mismo para seguirla, vali<strong>é</strong>ndose de<br />

las alas.<br />

Al mes ó á las cinco semanas les sale el<br />

moño ó penacho, y entonces entran en la misma<br />

crisis que los pavipollos comunes durante<br />

la erupción de las carúnculas rojas. En este<br />

momento no les reconoce la pava como suyos,<br />

y les persigue cual si fuesen extraños, hasta<br />

que tienen ya el penacho.<br />

No se les confundirá con los grandes hasta<br />

los seis meses, y si no se encaraman por sí<br />

mismos en los travesanos, se les acostumbrará,<br />

no permiti<strong>é</strong>ndoles duerman en el suelo, á<br />

fin de que no les perjudiquen ni el frío ni la<br />

humedad.<br />

Los machos viven hasta veinticinco ó treinta<br />

años, y las hembras suelen llegar á veintidós;<br />

pero no alcanza su fecundidad máxima<br />

hasta los tres años en los machos, y á los dos<br />

en las hembras.<br />

El pavo real no se presenta tal como es<br />

hasta los tres años; muda su cola todos los<br />

años al desprenderse las hojas de los árboles en<br />

el otoño, y le vuelve á salir por la primavera.<br />

Por lo demás, el pavo real sigue la condición<br />

del común en su modo de ser y en sus<br />

enfermedades, separándose únicamente en lo<br />

que hemos hecho notar.<br />

El pavo real ha suministrado dos variedades<br />

constantes: el blanco y el irisado, que

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