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ABONOS.—Agradecen mucho el estiércol de
cuadra, distinguiéndose por la lozanía de las
pencas, la abundancia de fruto y su mayor
tamaño, los palares de las inmediaciones de
los cortijos y corrales, que participan del beneficio
de los jugos nutritivos de los abonos.
PLANTACIÓN.—La época de plantación de
las pencas de tunera es en la Península la de
primeros de Marzo. En las tierras de secano
es conveniente efectuarla después de las lluvias
del invierno; pero en los terrenos algo
húmedos y de regadío debe esperarse que se
enjugue la tierra, y abstenerse de regarla
muchos días antes de plantar las palas. Algunos
cultivadores acostumbran plantar las
palas en otoño, en los países meridionales, y
aun en Agosto; pero en nuestra práctica hemos
obtenido tanto mejores resultados cuando
más próximas están á brotar.
En los terrenos secos, y cuando la temperatura
es suficientemente cálida para que las
pencas arrojen en seguida raíces y se adhieran
al suelo, se suelen enterrar hasta cerca de la
mitad, por su base, ó con el corte curado
hacia abajo. En Cuevas y otras poblaciones
de la provincia de Almería, donde se hacen
plantaciones de alguna consideración, se tienden
horizontalmente las pencas cortadas en
el sitio que han de ocupar de asiento, para
que se oreen y no se pudran, sucediendo que
de esta manera hacen penetrar en las pizarras
y piedra tosca sus raíces, sin que antes se
hayan removido en lo más mínimo; entonces
se les abriga con tierra hasta el primer tercio
ó la mitad, socavándoles-el pié, á fin de enderezarlas
lo posible, y ya no se les vuelve á
tocar.
CULTIVO.—Es diferente, según las variedades
y el destino. Si se trata de tuneras para
explotar los higos chumbos, el cultivo se reduce
á alguna entrecava de tarde en tarde
para limpiar el suelo de malas hierbas y envolver
estiércol ó substancias vegetales que
constituyan mantillo después de descompuestas.
Pero si las tuneras tienen por objeto la
alimentación de la cochinilla, entonces se las
abona copiosamente y se le dan labores, á fin
de sostener la frescura del suelo y favorecer
la meteorización de éste.
Además se ha de atender á la poda para el
mejor orden en la plantación de las filas, que
hau de estar separadas entre sí por una distancia
de 2 á 3 metros, y 1,20 metros de una
á otra planta en la fila. Escardando el suelo
alguna que otra vez, el nopalar durará seis
años consecutivos, no obstante que en la provincia
de Almería viven muchos años, aunque
muy envejecidas y á veces con su tejido á
descubierto, las pencas ó palas que forman lo
que podremos llamar el tronco.
Pasados los seis años, se cortan á flor de
tierra y brotan con empuje, pudiéndolos conducir
otros cuatro años; pero advirtiendo que
en el terreno de estos últimos se intercalan,
entre las filas viejas, nuevas plantaciones,
para que al año siguiente, en que las viejas
tengan que arrancarse, encuentren adelantadas
á las nuevas y en disposición de producir
sin perder tiempo.
En las plantaciones para higos chumbos
se prefiere siempre la Opuntia vulgaris, que
se distingue de las demás por la magnitud de
sus plantas, el mayor tamaño de su fruto y la
finura de su carne. La plantación suele ejecutarse
comúnmente sin esmero y de cualquier
modo; á los tres años da ya abundante fruto,
que comienza á madurar de Julio á Agosto,
según la situación.
RECOLECCIÓN.—Antes de empezar á coger
los higos chumbos es necesario asegurarse de
que ya están suficientemente maduros para
el consumo, ó para el transporte á otros puntos
más ó menos distantes. Se conocerá que
están bien sazonados cuando se vuelve amarilla
ó rojo-obscura su cascara por el lado que
ha recibido el sol, y se van recolectando á
medida que se necesitan para el consumo ó la
venta. Sin embargo, no siempre es necesario
el cambio de color, pues la magnífica variedad
de nopal tardío que se cultiva en Lubrín y
los Marchales del Levante de la provincia de
Almería conservan su color verde después de
maduros, y son más exquisitos y agradables
que cuando se transforma su piel en rojo.
Esta variedad se recolecta en los meses de
Noviembre, Diciembre y parte de Enero, y
es susceptible de largo transporte cuando conservan
los higos chumbos su color verde, á
pesar de estar maduros.
Se ha de ir con mucho cuidado al tiempo
de cogerlos, puesto que su epicarpio ó cascara
está sembrado de espinitas sin número,
muy delgadas y agudas, que se introducen
fácilmente entre cuero y carne, causando incomodidad
y dolor, por lo cual es menester
proveerse de unas tenazas para coger el fruto.
Cuando se reúne bastante cantidad, se remueven
con mucho cuidado por medio de
una escoba para no dañar el fruto, y de este
modo sueltan con facilidad las espinitas, y se
pueden coger impunemente con la mano y
mondarlos para comerlos sin recelo. La monda
se hace dándoles un corte horizontal por
cerca de los dos extremos, y otro longitudinal
que abrace á los primeros, con lo que se
levanta la corteza con la hoja de la navaja ó
cuchillo por los dos bordes del corte longitudinal,
para presentar á descubierto la pulpa
aislada en casi toda su circunferencia á la
persona que los ha de comer.
RENDIMIENTO EN HIGOS CHUMBOS.—El señor
D. Fernando de la Cámara, en una Memoria
leída en la Sociedad de Ciencias físicas y
naturales de Málaga, consigna que de las comprobaciones
hechas sobre el producto medio
de los bardos de chumbas, puede aceptarse el
de 2.600 chumbos anuales por 10 metros lineales
de bardo en años corrientes, estando
las pencas en completo desarrollo, ó de más
de seis años; bien entendido que esas pencas
son enteramente silvestres y sin ninguna clase
de cultivo.