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POD — 404 — POD<br />

dejar los pulgares que puedan alimentar sin<br />

esfuerzo, los que provistos de las correspondientes<br />

yemas, desarrollan, los nuevos vastagos<br />

ó sarmientos que han de llevar los racimos.<br />

Los árboles frutales que se cultivan á todo<br />

viento y sin trabas que les afiancen á muros<br />

y contraespalderas, afectan, entre otras, las<br />

formas de pirámide, huso, columna y vaso, de<br />

cuya poda nos vamos á ocupar directamente<br />

ó por referencia, supuesto que ya hemos tratado<br />

de ella en los artículos Peral y otros.<br />

Pirámide.—Se compone de un tronco guarnecido<br />

de ramas laterales, tanto más largas<br />

cuanto más se aproximan á la base. La altura<br />

y anchura dependen del vigor de la especie,<br />

naturaleza del individuo y calidad del suelo,<br />

pero en todos los casos la anchura debe ser<br />

proporcional á la altura, de manera que el<br />

todo represente la forma de un cono.<br />

Se recomienda que sólo se cultiven en pirámide<br />

las variedades más vigorosas, cuyas<br />

ramas tomen naturalmente una dirección oblicua<br />

ascendente.<br />

Para llegar á la formación de la pirámide<br />

se necesita aplicar al frutal varias podas de<br />

la manera que hemos expuesto en las páginas<br />

281 y 282 del tomo VII, al tratar del peral.<br />

Huso.—Es muy estimada la forma de huso<br />

por los aficionados que sólo disponen de un<br />

reducido huerto, porque permite plantar muchos<br />

frutales en reducido espacio, efecto del<br />

escaso desarrollo que adquieren en diámetro.<br />

Pero en cambio no deja de, ofrecer inconvenientes,<br />

pues en un suelo muy f<strong>é</strong>rtil entran<br />

difícilmente en fruto los árboles, efecto de la<br />

poda relativamente corta que se practica en<br />

las ramas de prolongación. Concretándonos<br />

muy especialmente á la savia, todas las ramificaciones<br />

se desarrollan con vigor, en vez de<br />

transformarse en ramificaciones frutales, si<br />

bien se puede debilitar su pujanza suprimiendo<br />

algunas de las raíces más fuertes.<br />

Se necesitan cinco y más podas para constituir<br />

un árbol en forma de huso, pudiendo<br />

ajustarse á lo manifestado para el peral en la<br />

página 282 del tomo VIL<br />

Columna.—Aunque esta forma es más propia<br />

de los árboles de adorno que de los frutales,<br />

se emplea mucho en B<strong>é</strong>lgica, con especialidad<br />

para perales.<br />

La forma á que nos referimos puede afectar<br />

la de columna sencilla, doble y múltiple, llamada<br />

esta última multicolumna.<br />

Acerca de las operaciones de poda, para<br />

llegar á la formación de esta última, puede<br />

verse la página 282 del tomo VII, en la que<br />

nos hemos ocupado del peral en multicolumna.<br />

Vaso ó copa.—Pueden ser cultivadas bajo<br />

esta forma todas las variedades de peral. Conviene<br />

con especialidad para los huertos poco<br />

abrigados, y se arma ordinariamente con seis,<br />

ocho ó diez brazos.<br />

Se necesitan seis ó más podas para constituir<br />

un vaso.<br />

La forma de vaso es una de las más elegantes<br />

y fáciles de comprender.<br />

Para que el vaso se sostenga sin armazón,<br />

se injertarán las ramas por aproximación en<br />

los puntos en que se cruzan.<br />

Para preparar esta forma v<strong>é</strong>ase lo dicho en<br />

el artículo Peral, página 282 del tomo VIL<br />

POEMAS FORZADAS DE LOS ARBOLES FRUTALES-<br />

Y PODA QUE REQUIEREN.—Habi<strong>é</strong>ndonos ocupado<br />

de las espalderas y contraespalderas en<br />

las páginas desde la 52 á la 57 del tomo V, y<br />

de la palomilla sencilla con brazos algo oblicuos,<br />

de la palomilla doble en forma de U y<br />

de la palomilla Ver'rier, dando los indispensables<br />

detalles para su poda, renunciamos á<br />

volvernos á ocupar de esta materia.<br />

Otra de las formas más comunes á que se<br />

someten los árboles frutales en espalderas y<br />

contraespalderas es el cordón, que puede ser<br />

vertical, oblicuo y horizontal.<br />

Cordón vertical.—Conviene particularmente<br />

para los muros y contraespalderas que se<br />

elevan más de 2 metros y 50 centímetros. Se<br />

podan las ramas de prolongación al tercio 6<br />

la mitad de la longitud de los arbolillos plantados<br />

verticalmeute, á 30 centímetros unos de<br />

otros, si no se prefiere dejar intacto el tronco<br />

y receparlo al año siguiente á 25 ó 30 centímetros<br />

del suelo, con el objeto de obtener unaprolongación<br />

robusta. Se conserva intacta<br />

<strong>é</strong>sta en los años sucesivos, hasta que su extremo<br />

superior llega á la altura del muro y<br />

se le convierte en ramificación frutal ó se le<br />

injerta por aproximación. :<br />

Cordón oblicuo.—Se diferencia del anterior<br />

en que se plantan los árboles oblicuamente á<br />

40 ó 50 centímetros unos de otros, dándoles<br />

una inclinación que varía entre 40 y 60°, según<br />

la mayor ó menor elevación del muro ó<br />

contraespaldera.<br />

Cordón horizontal.—Se emplea mucho para<br />

el manzano, con el objeto de aislar cuadros<br />

de huerto y jardín. Se plantan alineados los<br />

manzanos á la distancia de un metro. Durante<br />

el primer año de plantación se cortan á la<br />

altura de 70 centímetros á un metro, y se<br />

dejan crecer libremente en sentido vertical<br />

hasta adquirir mayor vigor.<br />

Al segundo año se extiende un alambre á.<br />

la altura de 40 á 50 centímetros del suelo;<br />

alambre que se fija á unos sólidos pies verticales<br />

de madera por sus extremidades, quedando<br />

bien estirado. Si es muy vigoroso el<br />

pie de manzano, se recorta en su extremidad,<br />

y en caso contrario se deja intacto. Quedandcbastante<br />

derecho el pie, se deja crecer libremente<br />

el nuevo brote terminal, que se le<br />

cambia de dirección en la primavera siguiente<br />

para que forme ángulo recto con el tronco y<br />

se le afiance en el alambre.<br />

Al tercer año se extienden á lo largo del<br />

alambre los ramos terminales, dejando siempre<br />

libre la extremidad, hasta que llega la<br />

planta al pie inmediato.<br />

Cuando la longitud de la planta sobrepasa<br />

el límite asignado, ó sea cuando llega al pie<br />

inmediato, se suele injertar á <strong>é</strong>ste por aproximación.

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