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RAÍ — 561 — RAÍ
ha de ser el germen de todas las raíces, es la
radícula, que sirve de base á la planta por la
cual recibe los jugos de la tierra.
J. de Hidalgo Tablada.
RAFA.—Refuerzo de cal y ladrillo ó piedra
que se pone entre tapia y tapia para la
seguridad de la pared, ó para reparar las quiebras,
grietas ó hendeduras que padece.
Es asimismo la cortadura practicada en el
quijero de la acequia ó brazal, á fin de sacar
agua para el riego.
Finalmente, es la abertura más ó menos
larga ó profunda que se hace á las caballerías
en la parte delantera de los cascos.
RAFE.—En botánica significa la prolongación
del funículo en lo interior de las túnicas
del grano. En zoología designa la rugosidad
ó línea saliente, á modo de costura, como
las del periné y el escroto.
RAGONA DEL CANADÁ.-(V. Gymnocladus.)
RAGUINDI.-(V. Hihiscus.)
RAIGAL.—Entre madereros y forestales,
el extremo del madero que corresponde á la
raíz del árbol, y también la parte inferior del
tronco, antes de cortarse ó derribarse. En algunas
localidades se llama también Coz.
RAIGÓN DEL CANADÁ.-(V. Gymnocladus.)
RAÍZ (Botánica).—Es uno de los órganos
de nutrición en los vegetales, que crece
en sentido opuesto al tallo, sostiene la planta,
fijándola en tierra en el mayor número de casos,
y no toma el color verde por su exposición
al aire y la luz. No falta en ningún vegetal,
excepción hecha de algunos celulares,
por ejemplo, confervas y tremellas. Es, por
tanto, uno de los más esenciales á la vida de
la planta.
Se la llamó en un tiempo tronco subterráneo,
pero no puede asignarse como general y
exclusiva en la raíz la circunstancia de hallarse
bajo tierra, porque hay muchos tallos
que se encuentran en esas condiciones, cual
acontece á los llamados rizomas, así como
también en las plantas que viven al aire libre,
que poseen los órganos denominados raíces
aéreas ó adventicias, que no están en modo
alguno enterrados. Su misión es absorber los
jugos indispensables para la vida del vegetal
y sujetarle al suelo en que se desarrolla, y la
absorción tiene lugar principalmente por las
extremidades, ó sea las denominadas espongiolas
radicales.
Aunque la generalidad de las raíces, en su
mayor parte pueden considerarse subterráneas,
hay casos en que esto no sucede, por lo
cual se han establecido tres distintos géneros
de raíces, en razón al medio en que viven.
Son, pues, subterráneas en su inmensa mayoría;
las acuáticas y las aéreas pueden considerarse
como excepciones. Cuando las raíces
son aéreas, se ramifican extraordinariamente,
y no enverdecen como ya se ha dicho; sólo su
extremidad adquiere ligera coloración verdosa,
que no puede compararse á la que toma
el tallo en iguales ó parecidas condiciones.
Otro de los caracteres que constantemente
presenta la raíz y la diferencia asimismo del
tallo, es el de no llevar hojas ni órganos foliáceos.
De aquí la inexactitud de la frase hojas
radicales, que en la descripción de muchas
plantas se usa, aplicándose á las hojas que al
primer golpe de vista simulan partir de la
extremidad superior de la raíz, cuando en
realidad salen de un tallo que ha quedado rudimentario,
ó bien de la parte inferior de otro
normal y de condiciones ordinarias de desarrollo.
Es una distinción de importancia que
conviene no dar al olvido.
Es la raíz el órgano que primeramente se
ve surgir de la semilla en el acto de la germinación.
Se observa en el embrión, rodeado
todavía de sus cubiertas, la radícula ó rejo,
que puede calificarse de raíz en miniatura,
salir en dirección opuesta á los cotiledones.
También se nota en él una tendencia manifiesta
á huir de la luz, á buscar la obscuridad,
como ya demostraron primeramente Dutrochet
y otros botánicos, repitiendo en condiciones
diferentes y con plantas de organización
muy diversa, curiosos experimentos que
ofrecieron este resultado con muy contadas
excepciones.
Las células epidérmicas de la raíz se prolongan
bajo la forma de largos tubos, de condiciones
propias y peculiares.
La raíz es de origen endógeno. Estudiada
su génesis y determinados sus caracteres histológicos,
como han verificado Sachs y otros
botánicos, se ha podido comprobaren todos
los casos esta formación, aunque aparentemente
se presenten excepciones 4 la regla,
que bien examinadas no son otra cosa que la
comprobación de lo expuesto.
En todas las semillas, lo mismo de plantas
dicotiledóneas que monocotiledóneas, hay
una raíz perceptible; al paso que en las acotiledóneas
existe una prolongación del tejido
que se introduce en el suelo. Pero se desarrollan
de distinto modo las raíces en las plantas,
según tengan uno ó dos cotiledones. En
las primeras se observa una especie de envoltura
que se abre para dar paso á las ramificaciones
de la verdadera raíz, lo que no acontece
en las dicotiledóneas. Los embriones de las
monocotiledóneas se llaman endhorrizos, y los
de las dicotiledóneas exorrizos. Se da el nombre
de coleorriza á la envoltura que tienen en
su base las ramillas de las plantas monocotiledóneas,
como puede verse perfectamente en
las gramíneas, sobre todo en el trigo.
No hay tampoco en la raíz estomas, lentejillas,
espinas ni aguijones.
En toda raíz se observan tres partes .distintas.
La primera es la que recibe el nombre
de cuello ó nudo vital, llamada también mesofito,
que es la línea de unión entre la raíz y el
tallo, como dice la etimología de la palabra,
mitad de la planta, caracterizada por una pequeña
estrechez y por un cambio en la estructura,
pues las fibras que tenían hasta ese sitio