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Si la rama que se lia de suprimir forma ángulo
recto con el tronco, ó poco ángulo por
lo menos, se hará el corte muy cerca de 61
•sin herirle, y de manera que quede perpendicular
al eje de la rama. Si ésta forma ángulo
muy agudo con el tronco, el área del corte no
deberá quedar perpendicular á la dirección
•de esta rama, siiio un poco oblicua, siendo
elíptica en vez de redonda, y por consiguiente
un poco mayor que r-1 diámetro de la rama
y algo inclinada para que escurra fácilmente
-el agua.
Cualquiera que sea el grueso délas ramas
que se han de suprimir, se deberán cortar de
modo que no lleven consigo parte de la corteza
del tronco al destacarse. Para evitar estas
heridas, de difícil cicatrización, se practicará
por debajo de la rama que se ha de cortar,
un entalle ó muesca que comprenda la
cuarta parte del diámetro de la rama, y otra
por encima, y entonces se desprenderá sin
ningún accidente.
Es muy antigua la monda exagerada de los
árboles,, y tiende al rápido crecimiento eu altura.
No deben someterse los árboles jóvenes á
la primera poda basta los ocho ó diez años.
Eu esta época se monda completamente el
tronco en todas las ramas que contiene desde
la base á la terminación de la copa, dejando
horca y pendón y sus auxiliares. Vuelven á
brotar eu seguida nuevas ramas en la inmediación
de los cortes, que se volverán á mondar
á los cinco ó seis años, repitiendo en lo
sucesivo la operación eu igual período.
La práctica de ir suprimiendo las ramas
tiernas de los árboles eu los primeros años,
produce troncos deformes á los setenta, muy
huecos y cubiertos de voluminosos nudos y
con caries que los inutilizan para toda construccióu,
sin conseguir favorecer su altura,
porque los nudos esparcidos en toda la superficie
del tronco conspiran contra la subida de
la savia, obligándola á dispersarse.
DIFERENTES PODAS DE LOS ÁKBOLES DE ALA­
MEDA.—Entre las formas más aceptables hoy
páralos árboles de alameda, se cuentan: la
poda en columna, la en cono, la en bola, la
progresiva ó de cabeza, la de cabeza de seta,
la de pabellón y la copa ó cubilete.
Poda en columna.— Hace tiempo que se
usa mucho eu Bélgica la poda en columna
para los árboles de paseos públicos; poda que
consiste en suprimir completamente á los dos
años de plantación todas las ramas comprendidas
desde el suelo hasta 2 metros de altura.
De aquí para arriba se conservan todas, menos
las que adquieren un desarrollo desproporcional,
que se suprimen en dos veces. Se
cortan también las ramas que brotan muy
cerca unas de otras y forman un verticilo alrededor
del tronco, y las que se hallan muy
próximas á la terminal, y son tan lozanas y
vigorosas como ésta.
Preparados los árboles de este modo, se les
abandona á su propio desarrollo hasta la se­
gunda poda, que se practica tres años después.
Entonces se cortan las ramas inferiores,
de manera que el tronco quede desprovisto de
ellas desde el suelo hasta 2 metros 50 centímetros
de elevación, y se mondan también
las nuevas que brotaron en la parte superior,
después de la primera poda.
Se seguirá prolongando el tronco, y se repetirá
la poda de tres en tres años, de modo
que se halle constantemente vestido de ramas
pequeñas y medianas, distribuidas con
regularidad.
El tronco de los árboles dirigidos por el sistema
belga queda mucho más sano que el de
los que se someten á la poda completa, y no
menos gracioso, resistiendo mejor la violencia
de los vientos impetuosos que los de troncos
desnudos de ramas.
Poda en cono.—Es también de origen belga,
y consiste en desguarnecer de ramas á los
árboles jóvenes desde el suelo hasta 2 metros
50 centímetros de altura. Desde este punto á
la guía terminal se conservan al tronco todas
las ramificaciones, por próximas que se hallen
unas á otras y de cualquier grueso que
sean; después se recortan, dándoles en coujunto
la forma de cono, en que las ramas de
la base son tres veces mayores que las de arriba,
y procurando la mayor sencillez en la terminal
ó flecha.
En el verano siguiente se despuntan las extremidades
de cada una de las ramas, desde
Junio á Agosto, para favorecer el crecimiento
del tronco, disminuir el vigor de las ramas
laterales y contener el desarrollo en grueso.
De cuatro en cuatro años se repiten sucesivamente
podas y despuntes iguales, para conservar
la forma cónica de la cabeza. En cada
una de estas podas se suprimirán las ramificaciones
de las ramas principales, para que no
resulte confusión y deformidad.
Si esta poda no deja nada que desear respecto
á la forma, dista mucho de suceder lo
mismo bajo el punto de vista de la calidad de
la madera.
Poda en bola.—-Se ejecuta generalmente
para acopar en esta forma acacias, álamos
negros y otra especie, exigiendo no sólo el
despunte de todas las ramas horizontales
cuya longitud exceda del radio de la bola, tomada
desde el tronco, sino también el que se
respeten todos aquellos ramillos que brotan
de dichas ramas en cualquier dirección y pueden
contribuir en su día á dar espesura á la
copa.
Poda progresiva ó de cabeza.—Se ejecuta
cuando los árboles empujan con vigor, ó al
tercer año después de la plantación de asiento.
Suponiendo un olmo joven con 6 metros
de altura y con veintiuna ramas, á 2 metros
del suelo las más bajas, se dirigirá la primera
poda á las seis ramificaciones de la base, que
se cortarán enteramente hasta que la cabeza
comprenda sólo la mitad de la altura total del
árbol. Conviene cortar con cuidado las ramificaciones
conservadas, algunas de las que na-