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una dirección ascendente, ofrecen desde allí
una dirección descendente. La segunda es la
parte media, variable en su forma, estructura
y condiciones. La tercera está formada por
las raicillas, ó sean ramificaciones de la porción
central, en número muy vario, destinadas
á la absorción de los jugos nutricios, principalmente
en sus extremidades, ó sea espongiolas
radicales.
La clasificación de las raíces recibe el nombre
de rizotaxia. De una manera general se
dividen, para su estudio , de diversos modos.
Unas veces atendiendo á su forma, otras á su
dirección, otras á su estructura; pero la clasificación
más conveniente y armónica con las
ideas verdaderamente científicas, es clasificar
las raíces con arreglo á los grandes grupos de
vegetales establecidos para el estudio de la
botánica, puesto que las diferencias profundas
existentes en los demás órganos tienen su
significación igualmente en la raíz, comenzando
eu los caracteres que se observan de un
modo fácil, y concluyendo con los que suministra
el microscopio.
Debe atenderse, para el estudio de este órgano,
á varias consideraciones, relativas á su
estructura, modo de desarrollarse, duración,
forma, consistencia, dirección, ramificación,
superficie y origen.
Con arreglo á su duración, se dividen las
raíces en anuales, bienales y perennes, correspondiendo
las primeras á las plantas que en
el período de un año realizan todos los actos
de su existencia, como sucede en la amapola,
el trigo y otras muchísimas; dándose la denominación
de bienales cuaudo corresponden á
plantas que tardan dos años en recorrer el
ciclo de su vida, cual acontece en la zanahoria,
reservando el nombre de perennes ó vivaces
á las que pertenecen á plantas leñosas,
que viven un número indeterminado de años,
ó á las que sus tallos herbáceos mueren y desaparecen,
permaneciendo la raíz constantemente,
sin experimentar deterioro, por ejemplo
, en la violeta.
Con arreglo á su forma, se distinguen primero
eu simples y múltiples, dándose la primera
denominación á las que tienen una base
única, y la segunda cuando salen en número
variado del cuello. Las simples se dividen á
su vez en fusiformes, fibrosas y tuberosas. Se
llaman fusiformes, las que se introducen perpendicularmente
en la tierra, de forma parecida
á la de un cono invertido, de lo que es
un buen ejemplo la zanahoria. Son fibrosas
las raíces que están compuestas de gran número
de pequeñas raicillas que salen del cuello.
Se denominan tuberosas las que presentan
en varios puntos de su extensión porciones
más ó menos abultadas.
La forma cónica es la que generalmente
predomina en las raíces, pero presenta variedades
extraordinarias y cambios frecuentes en
su manera de ser. Filiformes son las raíces
que tienen la forma semejante á la de un hilo
de variable grueso; cilindricas, cuando la dis­
minución de su diámetro es poco sensible en
toda su extensión; redondas, si su figura es
parecida á la de una esfera; nudosas, si se ensanchan
de trecho en trecho; rnoviliformes ó
en forma de rosario; dídimas, las del salep y
varias orquídeas.
Atendiendo á la superficie, se distinguen las
raíces en lisas, rugosas, tuberculosas y anilladas,
cuyos adjetivos indican perfectamente la
significación á que se refieren, sin necesidad
de aclaraciones.
Lo que por varios autores se denomina
raíz bulbosa, no es verdadera raíz, pues sólo
tiene de tal los filamentos que del bulbo salen,
como sucede en la cebolla. El bulbo es una
yema, y la expansión ó platillo es un tallo
achatado, que De Candolle llamó lecus.
Las raíces múltiples ofrecen diversas modificaciones.
Se dice fasciculada, cuando está
formada por la reunión de muchos tubérculos
prolongados, cual acontece en las dalias.
Por su consistencia pueden ser las raíces
carnosas, herbáceas, leñosas, huecas y sólidas.
Se llama carnosa, cuando es más gruesa que
la base del tallo y está formada por un tejido
jugoso. Se entiende por leñosa, la raíz de tejido
duro, semejante á la madera, como sucede
en las pertenecientes á los árboles de duración
y larga vida.
La dirección en las raíces da origen á varias
denominaciones, que basta sólo enumerarlas
para comprender su significación, como
son : perpendiculares, oblicuas, horizontales,
descendentes, rectas, encorvadas, tortuosas, etc.
En cuanto á las dimensiones de la raíz, no
siempre hay relación con la que tiene el tallo,
puesto que hay vegetales de mucho volumen
y altura con raíces poco voluminosas, y hay
plantas pequeñas, como la alfalfa, de grandes
raíces. Pero lo que sí se observa es que las
raíces se desarrollan en la misma proporción
que las ramas, teniendo siempre en cuenta
las modificaciones que en estos casos imprime
el terreno en que los vegetales crecen.
En cuanto á la superficie de las raíces, hay
grandes divergencias. Mientras unas son completamente
lisas, hay otras anilladas, otras con
estrías, como sucede á una ipecacuana (raíz
medicinal), otras asurcadas, punteadas muchas,
y en algún caso, como la de la polígala
sénega, presentan una costillita que, partiendo
del cuello, sigue constantemente á toda la
raíz, formando varias vueltas de espira y constituyendo
un carácter específico que sirve
para consignarlo en la descripción de esta
planta. No es, por tanto, fácil generalizar en
tal sentido lo que puede corresponder á la
característica de la superficie de las raíces.
La estructura de las raíces es semejante á
la de los tallos á que pertenecen. De consiguiente,
varía según se trate de plantas dicotiledóneas,
monocotiledóueas ó acotiledóneas.
Así es que en las primeras están compuestas
de corteza y leño, pero no se observa médula
ni estuche medular cuando llegan los vegetales
á su completo desarrollo.