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PER — 283 — PER<br />

Repetida la misma operación sobre el manzano,<br />

ha favorecido el que cuajase el fruto.<br />

Tal vez será menos urgente el despunte de<br />

las flores en las variedades que producen por<br />

agrupaciones ó están provistas de un largo<br />

pedúnculo, ó poco expuestas á. correrse.<br />

RECOLECCIÓN DE PERAS.—Es muy difícil de<br />

precisar; está como la mayoría de las operaciones<br />

hortícolas, subordinada á diversas circunstancias,<br />

y se logrará mayor seguridad<br />

recurriendo á ensayos y tanteos razonados.<br />

Sin embargo, expondremos algunos datos generales,<br />

que deben conocerse, además de los<br />

expuestos en el artículo Pera.<br />

Se deberá coger pronto la fruta en los terrenos<br />

cálidos, ventilados, expuestos á todos<br />

los vientos, ó en una posición bañada largo<br />

tiempo por el sol, ó cuando se haya prolongado<br />

la sequedad del verano, ó sufre el árbol.<br />

Se cogerá más tarde de los árboles vigorosos<br />

ó que conservan mucho su hoja en las<br />

situaciones abrigadas, frescas y despu<strong>é</strong>s de<br />

una estación lluviosa.<br />

Este razonamiento conduce á M. Baltet á<br />

coger pronto las frutas de los árboles viejos ó<br />

en espaldera al Mediodía, y más tarde los de<br />

alto tronco, nuevos y de exposición sombría,<br />

menos favorecidos por el sol.<br />

Debe cogerse el fruto cuando ha adquirido<br />

todo su desarrollo. Se conoce en que su epidermis<br />

se pone más clara en la parte opuesta<br />

á la que baña el sol. Destacada ya la fruta, no<br />

engruesa más, pero las tintas de su piel son<br />

susceptibles de cambiar y de modificarse sus<br />

jugos interiores.<br />

Es un medio mecánico de reconocer la fruta<br />

que demanda urgencia, colocar la mano hacia<br />

el ombligo de la pera y balancearla ligeramente;<br />

se ve si el pedúnculo está bien soldado<br />

á la rama.<br />

Siendo sucesiva la recolección y no instantánea,<br />

deberán ponerse á descubierto, deshojando<br />

en cada recolección parcial los frutos<br />

que se reservan para la siguiente, por más que<br />

en nuestro país, y tratándose de perales de<br />

alto tronco y á todo viento, no sea necesario<br />

deshojar.<br />

Las peras de verano demandan ser recogidas<br />

muchos días antes de su completa madurez;<br />

son mejores, y no se pasan tan pronto.<br />

Siendo corto el tiempo de la maduración de<br />

Jas peras de estío, es conveniente no recolectar<br />

la misma variedad en un día. Es mejor practicarla<br />

en dos ó tres veces, con un intermedio<br />

de seis á ocho días, dejando en cada operación<br />

las frutas verdes y bien adheridas al árbol.<br />

No deben amontonarse las frutas tempranas,<br />

tan dispuestas á descomponerse rápidamente.<br />

Se librarán sin tardanza al consumo ó á la<br />

venta.<br />

Las peras de otoño son tambi<strong>é</strong>n objeto de<br />

una recolección intermitente, que dura tres<br />

semanas ó un mes.<br />

Se cogen las últimas las peras de invierno;<br />

pero debe terminarse la operación á la caída<br />

de las hojas del peral.<br />

Es necesario que la caída de las hojas no<br />

haya sido provocada por una escarcha, porque<br />

las peras de invierno que se conservan sanas<br />

más tiempo y se mejoran cogi<strong>é</strong>ndolas tarde,<br />

se guardarían menos ó perderían en calidad si<br />

se encontrasen en el árbol en los primeros<br />

fríos. Cogida demasiado pronto, la fruta se<br />

arruga antes de sazonarse; recolectada demasiado<br />

tarde, se pone pastosa su carne, y de<br />

una manera, ó de otra no ofrece ningún sabor.<br />

M. Baltet ha observado que entre las peras<br />

de invierno, las que tienen una epidermis fina<br />

ó amarilla, como la Manteca de la Slerchnans,<br />

Josefina de Matines, Pasa-Colmar y Real<br />

Vend<strong>é</strong>e, demandan que se les coja primero;<br />

les siguen las de piel más firme ó verdosas,<br />

como Carlos- Cogn<strong>é</strong>e, Doyenn<strong>é</strong> de Alencon,<br />

Doyenn<strong>é</strong> de invierno, Jaminette, Vauquelin,<br />

tardía de Tolosa, Chaumontel y San Germán,<br />

y por último, las de piel áspera ó grisácea,<br />

Bretonean, Bergamota, Esperen, Duquesa de<br />

Burdeos, Fortuna, Nueva Fulvia, Olivier-de-<br />

Serres, Pasa-crasana y Doyenn<strong>é</strong> de Monp'ean.<br />

Es el mejor indicio para la recolección de<br />

las peras la caída natural en tiempo de calma;<br />

pues no es posible precisar la <strong>é</strong>poca, porque<br />

se opone á ello la variación de los climas.<br />

Se debe hacer la recolección de las peras<br />

con buen tiempo, despu<strong>é</strong>s que se ha disipado<br />

el rocío matinal y antes que comience el de la<br />

tarde, es decir, desde las diez de la mañana á<br />

las cuatro de la tarde.<br />

Vale más avanzar las últimas recolecciones<br />

cuando se preveen borrascas ó lluvias, porque<br />

son muy raros los días cálidos en el invierno.<br />

Los frutos que caen á impulsos del viento, ó<br />

naturalmente por el retardo de la recolección,<br />

reciben golpes, que rebajan su valor ó determinan<br />

su putrefacción antes que maduren.<br />

No entramos en detalles sobre los medios<br />

de recolectar las peras, su conservación y<br />

embalaje, porque ya lo hemos hecho en el<br />

artículo Pera.<br />

INSECTOS Y ENFERMEDADES DEL PERAL.—La<br />

existencia de los insectos es tan antigua como<br />

la de los árboles, y sin embargo, apenas se<br />

conocen sus costumbres para poderlos exterminar<br />

con seguridad.<br />

Se cuentan muchos centenares de insectos<br />

diferentes que atormentan el peral; pero en<br />

la ignorancia en que se está sólo es dado señalar<br />

los principales.<br />

Son comunes las orugas llamadas Bombix<br />

neuslria y Crisorrhea, que devoran las hojas;<br />

pueden evitarse los daños que causan destruyendo<br />

las bolsas sedosas que se dejan ver mucho<br />

durante la primavera, cuyas bolsas ocultan<br />

esas orugas desde los primeros días de su<br />

existencia. Si no se hace con oportunidad y se<br />

pierde tiempo, salen las orugas de su nido, se<br />

dispersan en los árboles, y se hace entonces<br />

mucho más difícil la operación de extinguirlas.<br />

Se presentan tambi<strong>é</strong>n algunas veces sobre<br />

las hojas del peral larvas muy parecidas á<br />

pequeñitas sanguijuelas negras, que roen el<br />

par<strong>é</strong>nquima, y que corresponden á un hime-

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