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ROS — 674 — ROS<br />

jertos, se aprovechan para la "formación de su<br />

armadura los brotes que salen de tierra. Cuando<br />

jóvenes, tienen uu tallo de algunos centímetros,<br />

que se ha hecho ramificar, como representa<br />

la figura 277. Despu<strong>é</strong>s de muchas<br />

floraciones, cuando esta armadura se debilita,<br />

arroja muchos renuevos por su pie b. Se podan<br />

en o sobre tres ó cuatro yemas, según su<br />

vigor, los brotes más próximos al centro, y<br />

se les hace ramificar para que formen una<br />

nueva armadura; se suprime el rosal primiti-<br />

Figura 277<br />

vo en d y los dos brotes más alejados del centro,<br />

quitando igualmente, á medida que nazcan<br />

, los renuevos del pie.<br />

Las ramas del rosal no duran sin debilitarse<br />

más de tres años, y hay que renovarlas, po-<br />

Figura 278<br />

dando corto, para obtener una yema vigorosa<br />

que sustituya á la rama debilitada. Esta yema<br />

se encuentra siempre en la parte inferior de<br />

la rama ó en su nacimiento, y algunas veces<br />

al lado. La floración tiene alguna analogía<br />

con la de la vid; las yemas de la base, planas<br />

y poco desarrolladas, rara vez producen flores,<br />

y sí sólo ramillas; las situadas más alto<br />

son bien formadas, producen flores y se desarrollan<br />

antes. Supongamos una rama de rosal,<br />

(figura 278) que se quiere podar corta para<br />

obtener flores. La yema a está poco desarro-.<br />

liada; la b un poco más; las c y d florecen con<br />

seguridad. Se podarán en e sobre cuatro ye r<br />

mas, dos de madera en la base y dos susceptibles<br />

de producir flores. Esta poda producirá<br />

el siguiente resultado: la yema a (figura 278),<br />

situada debajo y en las mejores condiciones<br />

de vegetación, producirá un brote vigoroso a<br />

(figura 279); la b una ramilla (figura 279)<br />

que no florecerá; la c, colocada encima, una<br />

rama bastante vigorosa con flores en su extremo,<br />

y la d, que es la más alta, un brote<br />

vigoroso d (figura 279) con flor. Se habrán<br />

conseguido flores sobre las yemas e y d, una<br />

ramilla en b y un brote vigoroso en a; es decir,<br />

dos yemas floríferas y dos de reemplazo.<br />

Para obtener la floración siguiente, sea ó no<br />

trepador el rosal, se despunta á una longitud<br />

de unos 40 centímetros el brote a (figura 279)<br />

Figura 279<br />

en e, con objeto de que maduren las yemas<br />

de la base; en la primavera siguiente se poda<br />

en f para concentrar la savia en el ramo a,<br />

que se despuntará en g sobre tres ó cuatro<br />

yemas, para conseguir cuatro nuevas yemas,<br />

dos para flores y dos de madera para la poda<br />

siguiente.<br />

No debe dejarse que los rosales produzcan<br />

semillas, que agotan y merman la floración<br />

del siguiente año. Cuando han florecido se<br />

corta en seguida sobre el botón inferior el<br />

vastago que ha dado la flor.<br />

El rosal no florece nunca más que en los<br />

brotes del año; la madera vieja sólo sirve de<br />

apoyo á las ramas, formando la armadura sobre<br />

la que se han de desarrollar las yemas<br />

de flor.<br />

Los rosales trepadores necesitan cuidados<br />

particulares durante su vegetación. La poda<br />

de invierno es la que dejamos indicada. Las<br />

primeras flores se hallan siempre en el extremo<br />

de la yema nacida en primavera (a, figura<br />

280). Despu<strong>é</strong>s de esta primera floración.

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