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para afianzarlo al muro por medio de dos clavos
de cabeza redonda, con el fin de que no
se enganchen ni se hieran los palomas. El nido
debe quedar inmóvil, pero en disposición de
poderlo quitar y poner cuando haya necesidad
de lavarlo con agua hirviendo ó fría, á
fin de destruir el piojillo que crían las aves, y
limpiar la palomina y otras inmundicias adheridas
á las varetas.
Pero el mejor sistema consiste en construirlos
de ladrillo y manipostería en la caja del
Figura 69. —Nido de mimbre
muro, estableciendo pequeñas capillas de 35 á
40 centímetros en todas sus dimensiones, como
se ve en la figura 70.
En un gran número de palomares pequeños
se disponen las cajas ó nidos de un modo algo
distinto. Se construyen sobre tablas y cerrados
por delante con otras tablas verticales,
dejando solamente á uno de los lados, ó en el
Figura 70.—Nidales de manipostería
medio, una abertura para el paso de las aves
(figura 71).
Es siempre útil establecer un cierto número
de galerías salientes con ladrillos, ó con tablas
más sencillamente, para proporcionar á
las aves sitios en que puedan espaciarse y pasearse
durante los malos tiempos.
Como la visita á los nidos es una operación
que debe hacerse con tanta frecuencia, importa
mucho facilitarla para que no entre pereza
á la persona que cuida el palomar.
En los establecimientos pequeños basta un
palo con travesanos ó una escalera de mano,
que se pone y retira cuando conviene; pero es
más cómodo disponer en el interior del palomar
una escala giratoria sobre un eje vertical,
como la que representa la figura 72.
Como todas las aves, las palomas tienen necesidad
de mucha ventilación, y tanto más
cuando viven en gran número en un espacio
relativamente reducido.
La higiene de los palomares entra por mucho
en la crianza de las aves: que las paredes
estén bien enlucidas y blancas; que no haya
agujeros en éstos ni en el suelo; que jamás se
acumulen excrementos, y que siempre dispongan
de agua limpia, y se tendrá mucha
parte adelantada del éxito.
Modo de poblar los palomares.—Dos son
los medios que principalmente se emplean
para poblar los palomares. El primero consiste
en elegir al fin del invierno un número
proporcionado de palomos y de palomas del
año anterior, y de las primeras crías si es posible,
y encerrarlas en el palomar, sin permitirles
que salgan de él. Allí se les alimentará
Figura 71.—Ca.ia para nido
procurándoles la cantidad de granos que necesitaren,
y el agua limpia y reuovada con
frecuencia; y cuando se advierte que ya hubiesen
puesto, y que algunos palominos hubiesen
nacido, se les abrirá la ventana del
palomar, para que salgan los padres en busca
Figura 72.—Escala giratoria del palomar
de alimento para sus hijos; pero no por ésto
se dejará de procurarles mantenimieuto en
comida y bebida en el palomar mismo, aunque
disminuyendo la ración hasta pasada la
última cría de aquel año, en cuya época se cesará
enteramente de darles de comer, á excepción
de los meses de que se hablará más ade-