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é 3 - citaREA

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ROB — 653 — ROB<br />

cuando se haya conseguido esto, se conservarán<br />

en grandes cajones, disponi<strong>é</strong>ndolas en<br />

capas que alternen con otras de arena fina y<br />

seca, y cubri<strong>é</strong>ndolo todo con paja. La siembra<br />

de asiento puede hacerse á chorrillo en<br />

surcos, 6 por golpes en hoyos, en suelo labrado<br />

de antemano. Como es árbol que soporta<br />

bien la luz, sólo será conveniente echar<br />

en los surcos tí hoyos alguna semilla barata<br />

de plantas herbáceas, cuando se trate de localidades<br />

expuestas á fuertes heladas de primavera.<br />

Aunque en España suele preferirse<br />

para la siembra el otoño, fuerza es en muchos<br />

casos efectuarla en primavera, para que<br />

durante el invierno las bellotas no sean desenterradas<br />

y comidas por los animales, que<br />

careciendo en dicha estación de otros alimentos,<br />

las buscan con avidez. Las bellotas deben<br />

ser cubiertas con una capa de tierra que<br />

debe variar de 2 á 4 centímetros de espesor,<br />

según que aqu<strong>é</strong>lla sea menos ó más suelta. La<br />

cantidad de bellotas necesaria es de 4 k 5<br />

hectolitros cuando la siembra se hace por<br />

golpes ú hoyos, y de 7 á 8 si á chorrillo, ó por<br />

surcos ó fajas. Se obtienen mejores resultados<br />

haciendo la siembra en semilleros y transplantando<br />

los arbolitos á los dos años de nacidos,<br />

cuidando al hacer esta operación de<br />

recortar algo la raíz central. En este transplante<br />

se ponen los arbolitos algo más espaciados<br />

que antes estaban, y cuando han llegado<br />

á los cuatro ó cinco años, se hace la plantación<br />

de asiento, prefiriendo para ello el<br />

otoño, siempre que no se trate de localidades<br />

muy desabrigadas y frías.<br />

BENEFICIO EN MONTE ALTO.—Como este árbol<br />

no quiere mucha sombra, es preciso que<br />

la corta adoradora se haga en cuanto se observe<br />

que las plantitas han nacido en cantidad<br />

suficiente, y la final dos ó tres años despu<strong>é</strong>s.<br />

Esto no obstante, la corta diseminatoria no<br />

debe ser muy intensa, puesto que siendo la<br />

semilla pesada, no se conseguiría de lo contrario<br />

que los rodales quedaran bastante espesos.<br />

Aun así, será preciso recurrir k veces á la<br />

siembra ó plantación para conseguir que el<br />

suelo quede poblado por igual. El turno para<br />

la corta podría ser de doscientos ó más años,<br />

atendida la longevidad de esta especie y las<br />

grandes dimensiones de las piezas que de ella<br />

se suelen sacar; pero como los robles adquieren<br />

al fin de turnos largos defectos y enfermedades<br />

que los hacen desmerecer ó los inutilizan<br />

para ciertas aplicaciones, debe asignársele<br />

sólo el de ciento cuarenta k ciento<br />

sesenta años, sin perjuicio de que en los puntos<br />

más convenientes se reserven hasta los<br />

doscientos ó trescientos años algunos ejem T<br />

piares de los más robustos, sanos y limpios.<br />

En las entresacas ó claras periódicas que se<br />

verifiquen en los robledales jóvenes deben<br />

dejarse al principio bastante espesos los arbolillos<br />

para que se críen derechos; pero despu<strong>é</strong>s<br />

hay que irlos aclarando bastante, y de<br />

no hacerlo así se aclararán las plantas naturalmente;<br />

en ambos casos es probable que el<br />

suelo se llene de arbustos y de árboles d<strong>é</strong><br />

madera blanda (como sauces, chopos, etc.),<br />

cuya extracción debe hacerse con prudencia,<br />

porque tal vez pueden ser convenientes para<br />

conservar el suelo en buen estado.<br />

Monte bajo.—La circunstancia de que las<br />

cepas de este roble presenten, como en general<br />

las de las demás especies del mismo g<strong>é</strong>nero,<br />

larga duración y una gran potencia reproductora,<br />

unida á la de que beneficiada en<br />

monte bajo prospera en localidades en que<br />

el beneficio de monte alto no sería posible, es<br />

causa de que aquel m<strong>é</strong>todo se le aplique en<br />

muchos puntos de Europa, principalmente<br />

donde se quieren obtener cortezas para casca<br />

curtiente. En España prefi<strong>é</strong>rese, sin embargo,<br />

para esta última aplicación, otras especies del<br />

mismo g<strong>é</strong>nero. Cuando el monte bajo haya de<br />

aprovecharse principalmente para leña, las<br />

rozas deben hacerse desde el otoño hasta la<br />

primavera; pero donde se. quiera utilizar la<br />

corteza curtiente, habrá que esperar el movimiento<br />

de la savia. El turno para las rozas<br />

varía desde ocho á veinte años, según las localidades,<br />

y según se quieran obtener leñas<br />

más ó menos gruesas.<br />

En monte medio puede beneficiarse este roble<br />

formando con preferencia la parte alta, ósea<br />

los resalvos.<br />

APROVECHAMIENTO.—La madera del Q. pedunculala<br />

tiene radios medulares de dos especies:<br />

anchos y angostos; los primeros se ven<br />

sin auxilio de instrumentos, y se presentan<br />

en el corte longitudinal cual manchitas pequeñas,<br />

angostas, colocadas unas al lado de<br />

otras; la madera acabada de cortar es amarilla,<br />

pero se vuelve parduzca al aire libre; es<br />

compacta y algo pesada (0,651 á 0,714), como<br />

de crecimiento lento; examinada con un lente,<br />

aparece muy porosa, á causa del gran tamaño<br />

de sus vasos; consta de celdillas leñosas muy<br />

gruesas; de vasos con puntos, unos anchos y<br />

otros estrechos, entre los cuales hay salpicados<br />

grupos de par<strong>é</strong>nquima leñoso; los radios<br />

medulares angostos son uniseriales, y llegan<br />

á tener hasta diez y seis celdillas; los radios<br />

medulares anchos no abundan mucho; las<br />

celdillas leñosas no culebrean tampoco mucho;<br />

la m<strong>é</strong>dula es pentagonal, la de las raíces<br />

es circular; la madera de estas últimas no es<br />

tan pesada como la del tronco, porque sus<br />

celdillas son más anchas; las celdillas leñosas<br />

de las raíces tienen dos series de puntos; las<br />

del tronco no tienen sino una; las celdillas de<br />

la m<strong>é</strong>dula se endurecen poco á poco; cuando<br />

verdes, contienen f<strong>é</strong>cula, lo mismo que las<br />

celdillas de los radios medulares y del par<strong>é</strong>nquima<br />

leñoso.<br />

Las notables dimensiones que este árbol<br />

adquiere, sin perder por eso nada de su dureza<br />

y resistencia, y la duración secular de<br />

sus piezas, tanto dentro como fuera del agua,<br />

le dan un valor inestimable. Empl<strong>é</strong>ase preferentemente<br />

en la construcción naval y en las<br />

traviesas de ferrocarriles. La industria lo utiliza<br />

para piezas de máquinas, muebles, carre-

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