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enormes rocas calizas, á través de las cuales
han abierto las corrientes estrecha garganta,
y que son causa de que los arroyos y ríos
tuerzan á menudo su curso por la inextricable
urdimbre de eminencias que accidentan aquel
suelo. Seis son los principales ríos; pero los
riachuelos, arroyos y corrientes que les entregan
sus aguas ó descienden directamente
al mar son numerosísimos. El más importante
es el Nalón, que nace en el término de Caso,
en el puerto de Tarna, recoge las aguas del
centro de la provincia, cruzando ésta en la
dirección de Sudeste á Noroeste, y desemboca
no lejos de Pravia, formando la ría de este
nombre. Su más caudaloso afluyente es uno
de los ríos de mayor curso en Asturias, es el
Narcea, que tiene su origen en el partido de
Cangas de Tineo, y junta sus aguas con las
del Nalón, cerca de la villa de Cornellana.
Corre en dirección del Sudoeste 4 Noroeste,
y forma con el anterior y la cordillera cántabro-
astúrica un gran triángulo, regado por
numerosos riachuelos que avanzan desde el
Sur hacia el Norte. Al Occidente del Narcea,
y en dirección de Sur á Norte, corre el Navia,
que procede, como el Eo, de la provincia de
Lugo, y desagua en el cantábrico entre Castropoí
y Rivadeo, punto éste en que desemboca
el río de que toma el nombre, ó sea el
Eo, que al final de su curso sirve de límite
entre las provincias de Oviedo y Lugo. En la
comarca oriental de la provincia que nos ocupa
se forma el Sella, que nace en el término
de Ponga, y el Pilona, que tiene su origen
cerca de Bimeros y mezcla sus aguas con las
del Sella, antes de desembocar éste en el
Océano. El río de Brañes, por la margen derecha
, y el Aller y Trubia por la izquierda,
son los más importantes afluyentes del Nalón
y del Narcea; por la derecha, el Pigueña, que
baja de las serranías de Brañas.
CLIMA.—A pesar de la elevación de la cordillera
cántabro-astúrica y de las numerosas
estribaciones que cruzan la provincia, gracias
á la proximidad del mar, el clima de Asturias
es bastante templado é igual, sin que
dejen de sentirse los fríos invernales y los ardores
de la canícula. Según las observaciones
meteorológicas hechas en Oviedo durante el
decenio de 1865 á 1874, laaltura barométrica
media fué de 742,9 milímetros, y la oscilación
de 34,9; la temperatura máxima media, de
32,8; la mínima, de 3,4 bajo cero; la media en
invierno, de 7,9; en primavera, de 11,7; en
verano, de 18,2, y en otoño, de 13,8, siendo la
media en el año de 12,9. Los días de lluvia
fueron en invierno 40, en primavera 44, en
verano 30 y en otoño 42, contándose por término
medio en el año 54 días despejados, 151
nubosos y 160 cubiertos, habiendo dominado
¡os vientos Noroeste y Sudoeste. El clima es
tan húmedo que caen por término medio al
año 937 milímetros de lluvia, ó sean 269 en
invierno, 263 en primavera, 154 en verano y
251 en otoño.
PRODUCCIONES. — Dadas esas condiciones |
climatéricas, y siendo el terreno sumamente
quebrado, dicho se está que si abundan los
bosques de encinas, castaños y hayas, y si no
escasean los pastos en aquellos campos, siempre
verdes gracias á la abundante humedad,
en cambio no es posible cultivar los cereales
en grande escala, y no existe la industria
agrícola realmente. A más de los forrajes y
hortalizas, solamente se cultiva el maíz, que
constituye la base de la alimentación de los
campesinos, y aun ese cereal no proporciona
los rendimientos que de él podrían esperarse,
si solamente se cultivara en las vegas y si
los agricultores dispusieran de capital para
mejorar los cultivos, fuesen dueños de las tierras
que labran y no hubieran de pagar elevados
arrendamientos, ya que son muchos
los que ocuparían el lugar del arrendatario.
Bajo el-aspecto agronómico se puede dividir
la provincia de Oviedo en tres zonas distintas:
la caliente ó de la costa, la templada ó
del interior, formada por los valles y pendientes
de poca altura, y la montañosa. No es,
pues, de maravillar que en la mayor parte de
Asturias sea imposible cultivar la vid, y que
solamente en algunas comarcas abrigadas por
las montañas, como las de Cangas de Tineo,
Tineo, Ibias y Candamo, sea dable elaborar
vino, principalmente en el primer concejo,
que surte á Oviedo de vinos de pasto, y que
pueden competir con los de Burdeos, cuando
están bien elaborados. Esa producción disminuyó
notablemente en los últimos treinta
años por la invasión del oidiiim, que en 1850
estuvo á punto de acabar con todos los viñedos
de Candamo, y de ahí la creencia de que
ese cultivo adquiera con el tiempo nuevo desarrollo.
Las principales variedades de vid
que se cultivan son la agracera (Oxicarp),
el albulo ó dapsiles, el albulo castellano
(Racemossissima), el moscatel (Apian), la
teta de vaca (Bermasii), el verdejo (SotiJ,
el tinto ó albarín negro (Maculata), la mollar
ó carrasco (Mollissima), la tintilla ó carrasquín
(Liebaulli), la rané, negrón ó agudillo
(Brelonneria), el moscatel menudo ó
dorado (Moschala), la teta de vaca blanca
C Gracilis J, la ferrares (PergulanJ y la feirar
blanca ó redondal (Speciosa).
El vino es sustituido por la sidra, que
abunda notablemente en Asturias, como que
el manzano crece en todas las localidades, y
con razón indican algunos que puede considerarse
á Asturias como patria de ese valioso
frutal. La verdad es que constituye un
importante ramo de riqueza, y muy particularmente
en los pintorescos y fértiles concejos
de Villaviciosa, Oviedo, Suro, Gijón, Columga,
etc., que se dedican á la fabricación
de sidra en grande; fabricación que ha adquirido
notable desarrollo desde que se han
multiplicado los pedidos de Ultramar. Recolectadas
las manzanas, se trituran con grandes
mazos de madera movidos á mano, y se
prensan en el antiguo lagar de huso, fijo ó
movible, ó con los sencillos mecanismos ó