é 3 - citaREA

NAR — 19 — NAR
ícultad. Arreglado así el campo, se puede
proceder á abrir los hoyos á la distancia acordada.
La mayoría de las plantaciones se hacen en
la Plana en terrenos dedicados al cultivo del
«áñarno, trigo y hortalizas, y si la labor general
de que se acaba de hablar no se puede
hacer antes de la plantación, tiene lugar después
de sacar la cosecha pendiente.
Es lo más común transplantar los naranjos
después de los fríos, cuando están próximos
á mover; pero también se hace antes de eutrar
«1 invierno, sin que sufran mucho por ello,
•efecto del benigno clima de la zona.
Por lo general, se abren los hoyos al tiempo
de plantar, siendo pocos los que anticipan
esta operación, y los hacen únicamente de las
dimensiones que permiten colocar los naranjos
con desahogo; pues como no se trata de un
terreno virgen, no es necesario remover tanto
ta tierra, ni que ésta ni el hoyo reciban la
influencia benéfica de los agentes atmosféricas,
como es indispensable en los terrenos poco
cultivados.
Según los prácticos, el naranjo no exige
hoyos muy grandes, pues se encuentran mejor
sus raíces á corta distancia de la superficie.
Las plantaciones poco hondas se desarrollan
mucho mejor, dan más fruto y se conservan
más sanas; será buena la plantación
colocando los naranjos como estaban en el
criadero, y procurando que el injerto quede
á 8 ó 10 centímetros sobre la superficie del
suelo.
Dispuesto lo necesario para el transplante,
se riega el criadero, y á los tres ó cuatro días
se van sacando los naranjos con buen cepellón
por medio de una pala, revistiéndolos con
broza, que se sujeta con un cordel.
Algunos practican esta operación con poco
cuidado. Los plantelistas los sacan del criadero
con el mayor cepellón posible y cou la
menor cantidad de tierra, para no empobrecer
el terreno.
Llevados los naranjos al sitio en que han
de quedar de asiento, se empieza por calzar
los hoyos con la tierra suave que se sacó primero,
hasta que se calcula que podrán quedar,
después de apretarse aquélla con el riego,
como estaban en el criadero. Colocados
ya, se acaban de tapar los hoyos cou la tierra
fértil de los lados. Algunos echan antes uu
capazo de tierra de la del centro de los hormigueros,
procurando que no toque á las
raicillas capilares ó cabellera. Si la plantación
se hace en Noviembre, no hay necesidad de
poner abono; en Febrero es cuando se adiciona
al acercarse el momento de brotar, depositándolo
á cierta distancia de las raicillas,
para obligar á éstas á que vayan á buscarle,
con lo que se consigue que se alarguen.
Antes de cubrir el hoyo se echan dos cántaros
de agua si hay probabilidad de regar el
huerto á los pocos días; pero si el turno del
riego está distante aún, se pone una poca
tierra sobre el agua de los dos cántaros, y se.
añaden otros dos. Es necesario que la tierra
que está en contacto con las raíces quede
como barro. Llegado el turno ó tandeo, se
riega toda la superficie, que se cava eu sazón
para ir mejorando poco á poco las condiciones
del terreno con nuevas labores. Se dará una
escarda á los naranjos en su alrededor, y se
procurará que el campo continúe con bastante
humedad, regando dos veces al mes por lo
menos.
Para el cultivo extensivo se eligen naranjos
cuyo tronco tenga, al presentarlos, de 1,50 á 2
metros de altura, y su diámetro sea de 0,03
á un metro de altura sobre el suelo.
Si se planta una sola líuea de naranjos, se
dejan á 6 metros de distancia unos de otros
si el suelo es rico, y á 5 metros si es mediano.
En las plantaciones de varias líneas quedan
á 8 metros en los suelos ricos, y á 6 en los
medianos.
Si se adopta el cultivo intensivo, se dejan
los naranjos á la distancia de 3 á 5 metros
unos de otros.
Cuando las plantaciones se componen de
varias líneas, se puede adoptar el tresbolillo,
formando cada tres árboles uu triángulo equilátero,
ó á marco real, en que cada cuatro
árboles forman un cuadro perfecto. Por el
primer método se colocan más árboles por
hectárea, y resultan tres direcciones para
labores de arado, mientras que por el segundo
sólo dos.
En Italia se ponen de 4,50 á 5 metros, y
entran 400 á 450 árboles por hectárea.
En Sevilla á 8 metros, y entran 156 naranjos
á marco real, y 172 á tresbolillo.
En algunas zonas de Valencia se plantan á
6 metros al marco, y entran 276 árboles por
hectárea.
En Barcelona á 8 y más metros.
CULTIVO DEL NARANJO.—Terminado el transplante,
que por lo general se verifica por
todo Febrero ó Marzo, se siguen los siguientes
procedimientos eu la Plana de Castellón,
donde tan adelantado se halla el cultivo:
Primer año.—Formación de camellones á
los lados de las líneas de naranjos, y á 75
centímetros de distaucia de éstas. En Abril
echan á cada árbol uno ó medio kilogramo de
guano, á 50 centímetros del pie, haciendo
una zanjita con la azada á su alrededor, en la
cual se deposita, volviéndola á tapar después.
Hay propietarios que sólo emplean excremento
humano con iguales resultados.
El naranjo recibe el agua, al regarse, por
el espacio que media entre camellón y camellón,
quedando intacto el restante terreno,
con lo que se evita que se ensucie con malas
hierbas.
Cuando está en sazón el terreno regado, se
le escarda, cou lo cual se consigue que se
mantenga más la humedad y siga limpio el
suelo. Se continúan regando á su debido tiempo
para que los naranjos no sufran, y después
se les aplican las correspondientes escardas.
Segundo año.—Se echa á cada naranjo un