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RES — 626 — EET<br />

perior al de todos los vegetales vivientes y<br />

fósiles del globo reunidos.<br />

Dos son los medios principales que nos<br />

pueden servir para demostrar que la respiración<br />

de los vegetales consiste en la eliminación<br />

del oxígeno y. la absorción del carbono<br />

del ácido indicado. Siguiendo el primer m<strong>é</strong>todo,<br />

colocamos al vegetal dentro de una campana<br />

en que no pueda renovarse el aire, ó<br />

en la que previamente hayamos introducido<br />

un aire artificial, y despu<strong>é</strong>s de un tiempo<br />

dado, examinamos los gases contenidos en<br />

dichos recipientes. En todos los casos hallaremos<br />

que la atmósfera de la campana ha<br />

perdido el carbono y aumentado el oxígeno á<br />

poca diferencia en la proporción necesaria<br />

para la formación del ácido carbónico, menos<br />

un poco de oxígeno, es decir, que la planta<br />

habrá fijado el carbono y arrojado el oxígeno<br />

resultante de la descomposición del ácido<br />

que lo contiene. A más, no es solamente el<br />

ácido carbónico tomado del aire el que descompone<br />

la planta, pues en una atmósfera<br />

privada de este gas se encuentra tambi<strong>é</strong>n<br />

oxígeno resultante de la descomposición del<br />

ácido, que por la absorción de las raíces ha<br />

sido conducido á las partes verdes, y del que<br />

proviene de los tejidos mismos del vegetal.<br />

Para proceder al segundo experimento se<br />

hacen germinar algunas semillas en arena,<br />

vínicamente rociada con agua destilada en<br />

cantidad conocida; se analiza la planta luego<br />

que se ha desarrollado completamente en medio<br />

del aire atmosf<strong>é</strong>rico, y se observa que, á<br />

pesar de no recibir ningún alimento de la<br />

arena, y sólo del agua y del aire, á más los<br />

principios que ha sacado de aquel líquido,<br />

contiene la cantidad de carbono necesaria para<br />

su desarrollo. En este ensayo vemos á más<br />

que algunos vegetales absorben una cantidad<br />

de ázoe que evidentemente no puede emanar<br />

más que del fluido ambiente, ni resultar probablemente<br />

más que del óxido de amonio ó<br />

del ácido azoico en <strong>é</strong>l esparcidos, al paso que<br />

otros no fijan en las mismas circunstancias<br />

ninguna cantidad, ni utilizan más que el resultante<br />

de la descomposición de los abonos,<br />

absorbido por las raíces. Otra consecuencia<br />

no menos notable se desprende de este experimento,<br />

á saber: que la planta sólo en el<br />

aire ha podido hallar todo el carbono necesario<br />

para desarrollarse, siendo difícil suponer<br />

que de otro modo pueda verificarse, comparando<br />

la enorme cantidad de carbono que los<br />

árboles seculares de los bosques han fijado en<br />

sus tejidos, con la d<strong>é</strong>bil proporción del que<br />

sus raíces, por otra parte de extensión tan<br />

limitada, hubieran podido absorber fácilmente<br />

del suelo.<br />

Los vegetales, durante el fenómeno d<strong>é</strong>la<br />

respiración, descompoueu, á más de las substancias<br />

que contienen carbono ó ázoe, el vapor<br />

acuoso que se halla en suspensión en el<br />

aire, y el agua propia del mismo vegetal, de<br />

modo que absorben su hidrógeno y eliminan<br />

el oxígeno.<br />

La respiración de los vegetales sumergidos<br />

se verifica, como la de los animales acuáticos,<br />

por medio del aire disuelto en el agua, y que<br />

puede obrar directamente sobre los tejidos<br />

desprovistos de epidermis; pero consiste, como<br />

en los vegetales a<strong>é</strong>reos, en la descomposición<br />

del ácido carbónico contenido en el aire que<br />

el agua tiene en disolución.<br />

En resumen: las plantas, á expensas de las<br />

substancias cuya presencia es variable y en<br />

algún modo accesoria en el aire, como el<br />

ácido carbónico, el óxido de amonio y el<br />

vapor de agua, efectúan su respiración reduciendo<br />

el carbono, el ázoe ó el hidrógeno<br />

de estos cuerpos y abandonando su oxígeno.<br />

Esta función de los vegetales, comparada con<br />

la de los animales, se verifica de un modo<br />

enteramente inverso, pues los seres animados<br />

se apoderan del oxígeno que aqu<strong>é</strong>llos desechan,<br />

y arrojan el ácido carbónico que <strong>é</strong>stos<br />

absorben. Así, unos restituyen al aire los<br />

principios de que los otros le privan, y las<br />

p<strong>é</strong>rdidas de la atmósfera estáu incesantemente<br />

compensadas por la respiración combinada<br />

de los: organizados de ambos reinos, sobre<br />

todo estando los vientos encargados de transportar<br />

los elementos constitutivos del aire á<br />

los sitios en que pudieran faltar, para conservar<br />

el equilibrio y la unidad de su composición.<br />

Entre las varias hipótesis creadas para explicar<br />

cuáles son las vías que los vegetales<br />

tienen abiertas para introducir el aire en los<br />

órganos respiratorios, la más verosímil y admitida<br />

es la que considera los estomatos de<br />

los vegetales análogos á los poros que en los<br />

insectos dejan penetrar el aire en tubos ramificados,<br />

circuidos de fibras espirales, y designados<br />

con el nombre de tráqueas. Por esta<br />

semejanza de nombres y de estructura se<br />

supuso que las tráqueas de los vegetales están<br />

destinadas á los mismos usos y en comunicación<br />

con los estomatos; mas es indudable que<br />

el aire penetra en el vegetal pasando, al trav<strong>é</strong>s<br />

de los estomatos, á las lagunas y meatos que<br />

se hallan debajo de la superficie, y poni<strong>é</strong>ndose<br />

así en contacto con las celdillas en torno<br />

de las cuales circula. Las tráqueas, que se<br />

hallan en comunicación directa con los estomatos,<br />

si alguna vez se encuentran llenas<br />

de gases, es cuando dominan las circunstancias<br />

de que anteriormente hemos hablado, y<br />

que son comunes á los otros vasos. Por otra<br />

parte, los acotiledones, á pesar de estar desprovistos<br />

de tráqueas, tienen la respiración<br />

completa.<br />

Es cuanto creemos necesario exponer en<br />

este artículo para indicar con brevedad cómo<br />

tiene lugar la respiración en los animales y<br />

en los vegetales, acto sin el cual la vida no<br />

puede tener lugar. A ese fenómeno contribuye<br />

la luz y el calor, la evaporación, etc.<br />

J. de Hidalgo Tablada.<br />

RESUDAR.—(V. Labra de las maderas.)<br />

RETALLO.—Pimpollo ó nuevo tallo.

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