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la costumbre de fecundar artificialmente los
datileros hembras, introduciendo ramas floridas
de los datileros machos entre las hembras;
esta práctica es necesaria por el pequeño
número de datileros machos y la abundancia
de hembras, y á precaución se obra así. Los
insectos alados son auxiliares de la fecundación,
pero en el caso de no existir ó ser pocos,
el hombre tiene que ocurrir, como, por ejemplo,
en las estufas calientes, y cuando se
trata de plantas exóticas que no hay los insectos
que en su país las fecundizan. La vainilla
es un ejemplo, siempre estéril en nuestras
estufas, si el hombre no interviene para
fecundarla.
La fecundación artificial no deja de ser
necesaria, pero en casos aislados; la natural
es la que en general produce en las plantas
todo lo que pueden dar, según la fertilidad
de la tierra, condiciones climatológicas, cultivo,
etc., bajo cuya influencia viven las plantas.
En malas condiciones de cultivo, bajo
cuya influencia se desarrollan las plantas agronómicas,
es la causa de malas cosechas; así
está recomendado, y todos comprenden, que
cuanto esté de parte del hombre debe ponerse
en juego, á fin de que los vegetales lleguen
á su completo desarrollo, sin que nos podamos
culpar de faltas nuestras; de las del tiempo,
con decir que sin su concurso nada es posible,
está todo dicho. J. de Hidalgo Tablada.
POLEO.—(V. Hierbabuena poleo.)
POLICÍA SANITARIA (Higiene).—
Parte de las ciencias agrícolas que se ocupa
especialmente de las enfermedades contagiosas
y epizoóticas en sus relaciones con la patología,
la salud pública, los intereses agrícolas
y comerciales, y las medidas administrativas
que han de adoptarse para combatir el desarrollo
y propagación de esas afecciones. La
policía sanitaria es, bajo ciertos aspectos, una
rama de la higiene rural, que comprende el
saneamiento de los terrenos, las reglas para
la buena distribución de las habitaciones,
cuadras, establos, porquerizas, apriscos, almacenes
de todo género; las que han de observarse
en el alojamiento, alimentación, cebo,
trabajo, etc., de los ganados y demás animales
domésticos, y otros muchos extremos de
que no nos toca hablar aquí.
Entre las enfermedades que es necesario
combatir con las medidas de policía sanitaria,
figuran en primer término las que se propagan
por infección y por contagio. La infección
es debida á lo que han llamado los veterinarios
virus volátil, y el contagio al que ha
sido designado con la expresión de virus fijo.
Las observaciones y experimentos de Pasteur,
Chauveau, Salisbury y otros hombres de estudio,
permiten determinar en muchos casos
los elementos figurados del contagio, esporos,
bacterias y microbios de diferentes clases, así
como el acaro ó arador de la sarna, y los
hongos parásitos que producen ciertas enfermedades
de la piel. Según las modernas teo­
rías, los contagios son debidos siempre á la
invasión de un organismo sano por otro en el
cual reside el agente de virulencia, cualquiera
que sea la forma en que ese virus haya de
ser importado.
Los virus se propagan por inoculación,
contacto ó absorción, bien por las mucosas
respiratorias, bien por las digestivas, ó bien
por el sistema circulatorio. Los vehículos
para el contagio son de diferente naturaleza:
la sangre, para el carbunco; el pus, para el
muermo; la saliva, para la rabia, y la linfa,
para la viruela. Todas las enfermedades contagiosas
comprenden tres períodos, á saber:
el de incubación, el de invasión y el de erupción.
En ciertas enfermedades es necesario
que el organismo que haya de contagiarse se
halle en condiciones especiales determinadas
por ciertas circunstancias, como la debilidad,
el empobrecimiento fisiológico que le comuniquen
aptitud para experimentar la acción
del eoutagio.
Cuando las enfermedades infecciosas ó contagiosas
adquieren considerable desarrollo, reciben
el nombre de enzootias ó epizootias. Las
primeras se manifiestan en un pequeño número
de auimales, dentro de una misma localidad,
y aparecen ó desaparecen en ciertas
épocas, cebándose por-lo común en una sola
especie. Las epizootias invaden mayor número
de animales, atacan á varias especies á la
vez y extienden su acción por comarcas más
extensas. Unas y otras van apareciendo con
menor frecuencia por circunstancias particulares,
como son los progresos de la higiene,
las mejoras agrícolas, la desecación de los
pantanos y la aplicación de las prescripciones
sanitarias locales ó internacionales. Presentan
siempre diversos períodos: el inicial, durante
el cual son menos graves; el de crecimiento y
desarrollo, en el cual aumenta la gravedad y
la extensión, y el de declinación, que señala
la disminución y desaparición del mal cuando
se han ido extinguiendo las condiciones favorables
á la invasión. Aun cuando la mayoría
de las enzootias y epizootias sean contagiosas,
las hay debidas exclusivamente á influencias
locales, que no presentan ese carácter.
Por lo mismo que son tan considerables las
pérdidas ocasionadas por las enfermedades
contagiosas é infecciosas, desde hace cerca de
dos siglos se han venido adoptando en las naciones
cultas medidas que impidan la aparición
y desarrollo de esos padecimientos, y
así como el Gobierno portugués, poniendo su
ejército en pie de guerra para que se ejerciese
eu las fronteras una vigilancia más completa
y rigurosa, logró en 1885 evitar que el
vecino reino fuese invadido por el cólera, el
cual, como otras infecciones, no va donde no
le llevan, así los Gobiernos previsores pueden
evitar á la agricultura grandes pérdidas, impidiendo
el estallido y la propagación de epizootias
y enzootias.
Las medidas que se deben adoptar para
impedir la propagación de las enfermedades